XXIX - TRAIDOR (1/2)

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~Oliver~
Comienzo a abrir mis ojos y me remuevo un poco en la cama mientras suelto un largo bostezo. Observo a mi lado izquierdo y me encuentro con el espacio vacío.

Anoche, Axel regreso a los minutos de haber terminado lo que sea que habrá hecho y se acostó a mi lado sin hacer mucho ruido. Yo me encontraba medio dormido, así que simplemente me acurruqué en las sábanas y me dormí, sintiendo como el contrario me envolvía con sus brazos y me atraía hacia su pecho, cosa que no refuté.

Me siento en la cama y miro a mi alrededor en silencio con somnolencia. La luz del día se filtra por el balcón e ilumina la habitación de una manera bastante linda, dándome la bienvenida a un nuevo día.

Me vuelvo a acostar, soltando un bostezo mientras cierro nuevamente los ojos, demasiado cómodo como para ir a buscar a Axel, ver dónde está y qué hace. El frío me envolvía de manera agradable y a la vez no, por lo que me envolví con las sábanas en un intento de contrarrestarlo aunque sea parcialmente

No pasa mucho tiempo cuando escucho como abren la puerta de la habitación y yo abro los ojos, viendo a Axel entrar con una bandeja con comida en sus manos.

─Buenos días. Dormiste bastante ─le sonríe mientras se acerca y deja la bandeja en el pequeño escritorio al lado de la cama.

─¿Sí? ¿Qué hora es? ─se envuelve en la sábana.

─Son las 10:00 ─se sienta en la orilla de la cama.

─¿Qué? ¿Ya? ─se sorprende mientras se sienta nuevamente con la sábana sobre sus hombros.

─Sí, ya ─ríe levemente─ creí que nunca despertarías. Es decir, ¿Puedes seguir durmiendo tanto incluso después de estar inconsciente 5 días?

─No me juzgues, no solía dormir bien hasta que llegué aquí ─se queja, mirándolo con el ceño fruncido.

─Ya, no te enojes ─acaricia su cabello hasta tener entre sus dedos un mechón de este─ mejor ponte a comer, ¿sí? ─lo suelta suavemente.

─Bien... ─murmura y se acerca, sentándose en la orilla también.

Axel sostiene la bandeja y me la coloca en las piernas junto con los dos desayunos. Trago saliva al ver los panqueques soltando aún aquel vapor, señal de que fueron recién hechos. Axel les coloca sirope encima y este se escurre sobre ellos de manera tentativa. Demasiado para mi hambriento estómago.

Axel comienza a partir los panqueques y yo ya me siento ansioso por comerlos de una vez por todas. Podría comerme 10 y querer más.

O tal vez exagero.

─Listo ─dice, dejando el cuchillo a un lado y agarrando su plato para comenzar a comer.

Una vez lo escucho, agarro mi tenedor y me meto un pedazo a mi boca, disfrutando de su dulce sabor al inundar mi boca.

─Mmm... ─suelta un suspiro lleno de placer mientras se mete otro pedazo y luego otro. No había ni siquiera que preguntar cuál es su desayuno favorito.

─Ten cuidado, no te vayas a atorar ─riendo entre dientes mientras se mete un pedazo de panqueque a su boca.

Asiento con las mejillas llenas de panqueques. ¿Cómo me voy a contener? Esto está riquísimo. Podría comerlo toda la vida y nunca cansarme.

Tomo un sorbo del jugo de naranja que Axel me trajo, el cual me ayuda a bajar más fácilmente los panqueques por mi garganta. No espero mucho y vuelvo a agarrar el tenedor, pero con un poco más de calma para así continuar comiendo.

Después de un rato, terminamos de comer y yo me sentía demasiado lleno como para siquiera ponerme de pie. Suelto un suspiro lleno de satisfacción mientras me froto suavemente la panza. Axel toma los trastes y se va a lavarlos a la cocina mientras yo me recuesto en la pared con los ojos cerrados.

Un Secreto En La Sangre (Libro 1 - Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora