Mi obsesionada perdición

Capitulo 4

Pero que puta mierda le estaba pasando, mi cabeza era un lío y no podía despegar los ojos de ellos hasta que Marina que estaba contra la pared noto mi presencia y se quitó a Lukas de encima de un tirón. Se acerco a mi con cara asustada pero yo pude controlar mis palabras ni lo que salió de mi boca:

–No te me acerques–dije apenas en un hilo de voz y ahí fue cuando note la humedad de mi cara–¡QUE PUTO ASCO ME DAS TÍA!

–Andrea te lo juro yo no...–no la deje terminar.

–¿¡Qué!? ¿¡Me vas a jurar que!?–dije con tanta rabia que se me quería salir por los ojos. Ella agachó la cabeza y soltó una pequeña lágrima. Vale. Tengo que calmarme–¿desde cuándo?–fue la pregunta que salió de mi boca apenas para que sus oídos fueran capaces de oírme–¡Respóndeme JODER!

–Vale vale te lo digo pero por favor perdóname–dijo con los ojos inchados y la cara húmeda–Nosotros... nosotros tuvimos algo que ver antes de que tu... y él–dijo entre sollozos pero Lukas no la dejo terminar.

–Andrea por favor olvida esto estamos los tres bajo la presión de la droga, hay que pensar con cabeza fría–me dio tanta repulsión mirarlo a los ojos cuando terminó esa frase ¡Joder ni si quiera osó disculparse! Me acerqué a el lo suficiente para quedar cara a cara.

–¿Ocea que sabían de la droga?

–No... bueno si... pero–Exacto, no lo deje terminar.

–Esto se acabó...–después de eso hicimos un profundo silencio donde solo se oía la música.

–Déjame explicarlo por favor–dijo con un tono triste en su voz.

–¿¡Explicar qué!? ¿¡Ahora!? ¿¡Cuando me lo tenías que aver dicho hace mucho!? ¿¡A que coño juegan!?–dije con tanta rabia que me empeso a doler la garganta.

–Andrea...–ni si quiera deje que terminara porque estampe mi puño contra su nariz haciendo que retrocediera un paso y una fina línea roja empezará a salir de esta.

–Ni se les ocurra dirigirme la palabra en su puta vida–dije mirando fijamente a los ojos de Lukas y luego me giré para Mariana quien estaba con la vista al suelo–y tranquila ya vas a tener más momentos a solas con mi "ex novio" porque cuando vuelvas a la habitación ya no estaré.

Salí de ese estúpido lugar y me encontré de nuevo a... a... ¿Ronni? Si creo que así se llamaba. Me acerqué donde estaba conteniendo las lágrimas para no destrozarme en frente de él. Luego de que busque su mirada encontré esos ojos oscuros mirando a los míos café.

–Te lo advertí–dijo con voz calmada.

–A eso te referías–dije en un sollozo.

Camino hasta la puerta de su coche que estaba a unos pasos de ahí y abrió la puerta del copiloto.

–¿Te vas a quedar hay parada? ¿O está vez tengo que entrarte a la fuerza?

Camine donde estaba él y me detuve en la puerta.

–¿Donde me vas a llevar?–dije esa pregunta con los ojos cargados de lagrimas pero como ya dije no me iba a derrumbar delante de él.

–Tranquila no tengo la misma intención. que esos tipos.

–¿Como se eso?–dije a lo que el no respondió nada. Así que no tenía otra opción, bamos no es que quisiera quedarme viendo como aquellos dos se besaban así que sin más di un largo respiro y me subí al auto.

El viaje duro aproximadamente 20 minutos y lo único que hacía era mirar por la ventana recordando una y otra vez la imagen de esos dos. De vez en cuando sentí la pesada mirada de Ronni pero no me atrevía a voltear a mirarlo sabía que si lo hacía rompería en llanto. No sabía dónde me llevaba, tampoco es que me interesará yo solo quería salir de ese lugar al que no debí haber entrado nunca. No me si cuenta cuando aparco el coche y me di cuenta que estábamos en el medio del bosque o eso supongo.

–¿Donde estamos?–dije cuando me abrió la puerta para que saliera del carro.

–Ya verás.

Caminamos adentrándonos en el bosque. Si ya se que no debería estar aquí con alguien que apenas conosco pero es que él me inspiraba mucha confianza. A unos pasos más alante de nosotros pude ver una pequeña cabaña y ahí me di cuenta de que estaba fuera del campus de Alborán. La Cábala era pequeña pero se veía acogedora, antes de entrar me dijo:

–Este es mi lugar secreto–dijo calmadamente mirando a la cabaña–aqui es donde vengo cada vez que no quiero saber del mundo exterior... es, como estar en otro universo donde puedes ahogar tus penas sin que nadie sepa nada... Sin... sin que te vean derrumbarte. 

Empeso a caminar para adentrarse en ella y lo seguí, afuera hacia mucho frío, y tenía razón. Estaba hecha de madera caoba con decoraciones de cuadros y búcaros muy finolis, Tenía una chimenea la cual supuse que prendería porque salió en busca de madera.

–Ponte cómoda–dijo y salió de la cabaña.

Me pase una manta que había en el sofá y me acomode en este. Cuando Ronnie entró prendió la fogata y no puede despegar la mirada de él porque estaba... Dios estaba sin el abrigo. Al prenderla me pregunto.

–¿Te o chocolate?

–No, no quiero nada tengo... el estómago revuelto.–después que le dije eso solo asintió y tomó aciento muy cerca de mi tanto que sentía el calor que emanaba su cuerpo.

–Venga, ya puedes hacerlo–dijo con su mirada sobre la mía y esa voz calmada.

–¿Hacer qué?–pregunte pero sabía perfectamente a lo que se refería.

–Llora.

Nota de la autora: ¡Yeaaa, ya salió nuestro personaje más esperadoooo! Bueno me da mucho gusto que ya tenga lectores nuevos y de verdad muchas gracias porque esto me inspira a actualizar diariamente. Gracias, os amo.