Ecos Del Pasado

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El sol apenas comenzaba a filtrarse por las ventanas del escondite improvisado, pero la atmósfera dentro del lugar era tensa y pesada. Nadie se atrevía a romper el silencio que había envuelto al equipo desde la noche anterior. La discusión entre DMT y Aria seguía resonando en las mentes de todos, pero sobre todo, en las de ellos dos.

DMT, sentado en una esquina, miraba al suelo con la mente perdida en sus pensamientos. Las palabras de Aria seguían girando en su cabeza, clavándose como espinas. Sabía que había cometido errores, muchos, y que esos errores ahora lo estaban alcanzando. El aire se sentía denso, cargado de palabras no dichas y de emociones reprimidas.

Aria, por su parte, intentaba parecer tranquila mientras tomaba una taza de café, pero la preocupación y la frustración eran evidentes en su rostro. No podía dejar de pensar en DMT, en todo lo que había pasado entre ellos, y en cómo su vida había dado un giro tan drástico desde que lo conoció.

El resto del equipo apenas se movía, cada uno inmerso en sus propios asuntos, pero el silencio era innegable. Jachako, Jak y Cristolio intercambiaban miradas de vez en cuando, sin atreverse a decir nada que pudiera empeorar la situación.

Después de lo que parecieron horas de incomodidad, Aria finalmente rompió el silencio.

Aria: "Voy a salir un rato. Necesito despejarme."

Su voz era firme, pero había un matiz de algo más, algo que no quiso dejar ver. Nadie se atrevió a preguntarle a dónde iba, aunque sabían que probablemente no obtendrían una respuesta clara. DMT levantó la vista por un momento, pero no dijo nada. Había una tensión evidente entre ellos, una distancia que no existía antes, pero que ahora se sentía infranqueable.

DMT: (pensando) "¿Adónde irá? ¿Y por qué no puedo sacarme esta sensación de encima?"

Aria salió sin mirar atrás, dejando un vacío aún más palpable en el escondite. Mientras caminaba por las calles, su mente estaba fija en una cosa: encontrar respuestas. La discusión con DMT había reavivado sus dudas, y sentía que la única manera de entenderlo era buscar en su pasado. Sabía que había algo que él no le estaba contando, algo que lo hacía actuar de manera tan errática y peligrosa.

Aria llegó a la guarida del Escuadrón después de asegurarse de que nadie la seguía y que no había nadie confiscando la guarida. El lugar estaba desierto, como lo esperaba. Sabía exactamente lo que buscaba y dónde encontrarlo. Caminó con sigilo hacia una habitación oculta en la parte trasera, donde DMT solía guardar sus cosas más preciadas.

Allí, en una esquina cubierta de polvo, estaba la caja que contenía los objetos más importantes de DMT. Aria se detuvo un momento antes de abrirla, sintiendo un nudo en el estómago. No estaba segura de lo que iba a encontrar, pero sabía que debía hacerlo.

Abrió la caja lentamente y comenzó a examinar su contenido. Encontró fotos antiguas de DMT, antes de que su vida tomara el rumbo que ahora conocía. Había cartas, algunas de ellas sin abrir, y armas que no había visto antes. Pero lo que más llamó su atención fue un disco con una etiqueta escrita a mano: "Primera carrera - DMT-EM".

Aria sostuvo el disco en sus manos, sintiendo el peso emocional que debía tener para él. Sabía que estaba a punto de descubrir algo importante, algo que podría cambiar su perspectiva sobre DMT para siempre. Sin embargo, no podía dejar de preguntarse si estaba haciendo lo correcto, si realmente quería saber lo que ese disco contenía.

Aria: (susurrando) "¿Qué es lo que has estado ocultando, DMT? ¿Por qué siempre sientes que tienes que luchar solo?"

Al pensar sobre cómo ver lo que contenía ese disco, Aria comenzó a buscar una televisión con un lector de discos por toda la guarida. Al encontrar una televisión, la conectó con muy poca fe a que fuera a encender. Milagrosamente encendió en poco tiempo y colocó el disco de DMT.

Traiciones Y Redenciones: La Historia Del Escuadrón MKIV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora