El Arte De La Manipulación

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El Escuadrón MkIV reunido en su guarida clandestina. Sentados alrededor de una mesa improvisada, DMT, Fraxx, Jachako y Cristolio discuten sobre la necesidad de mantener un perfil bajo después de dos robos consecutivos en poco tiempo.

DMT, con su habitual serenidad, expone la importancia de evitar levantar sospechas y llama a la prudencia. Fraxx, siempre impaciente, muestra su inquietud por la falta de acción, pero Jachako apoya la idea de mantenerse en las sombras para evitar atraer la atención no deseada. Cristolio, el más joven del grupo, asiente en silencio, demostrando su lealtad al equipo.

Entre bromas y comentarios, acuerdan no realizar ningún golpe importante durante un tiempo y dedicarse a tareas menos arriesgadas para mantener su encubrimiento. Con la decisión tomada, cada miembro del Escuadrón se retira para poder tomarse un buen descanso por un tiempo hasta nuevo aviso.

DMT: Yo creo que voy a salir, aunque la policía esté muy atenta, cambiar de aires no me haría nada mal.

Fraxx: Creo que apoyo tu idea, veré si consigo asaltar alguna tienda o algo así.

Fraxx en tono de broma: Intentaré no caer preso por robarme un chicle...

Cristolio a lo lejos: ¡TE ESCUCHÉ!

Fraxx, riéndose, salió a las afueras. Jachako por su parte se fue hacia el taller de DMT, donde estaban algunas armas a medio terminar. Dedicó su tiempo a terminar y perfeccionar las armas creadas por DMT.

DMT para despejar la mente, decidió ir en un auto bastante discreto a una taberna. Se fue en su Subaru Impreza 22b a una de las tabernas mejor visitadas de la ciudad en la que se encontraba.

Al llegar, la taberna estaba llena de vida esa noche, con el bullicio de los parroquianos y la música vibrante que fluía por el aire. DMT se deslizó entre las mesas, buscando un lugar tranquilo donde refrescarse después de un largo día de trabajo.

Al encontrar un rincón libre en la barra, se quitó su polerón característico y lo dejó colgado descuidadamente en el respaldo de su silla. El aire fresco de la taberna le reconfortaba mientras pedía su bebida favorita al camarero.

Entre risas y murmullos, DMT se dejó llevar por el ambiente animado de la taberna, disfrutando del espectáculo de los cantantes que se turnaban en el escenario. Pero cuando decidió colocarse su polerón, al revisar el respaldo de la silla, se dio cuenta de que había desaparecido.

Recorrió la taberna con la mirada, buscando su prenda extraviada, cuando de repente, sus ojos se posaron en el escenario. ¡Ahí estaba! Pero no colgado en la silla precisamente, sino puesto en una misteriosa chica cantante que cautivaba al público con su voz melodiosa. DMT se quedó atónito, sin saber si reír o enfadarse por la situación inesperada. ¿Cómo se las arreglaría para recuperar su preciado polerón sin interrumpir el espectáculo?

DMT: Vaya... Pero qué mujer...

DMT se quedó paralizado por un momento, admirando la escena frente a él. La misteriosa cantante, con su voz envolvente y su figura elegante, parecía brillar bajo las luces tenues del escenario. La canción que interpretó resonaba en su corazón, como si estuviera hablando directamente con él.

La melodía de "Somebody to Love" de la banda de Queen, llenaba la taberna, y DMT se sintió atrapado en su hechizo. La letra parecía hablarle directamente, como si la chica estuviera buscando a alguien que compartiera sus anhelos y sueños. Por un momento, se olvidó de su polerón extraviado y se sumergió en la magia de la música y la voz de aquella chica que deleitaba los oídos de DMT.

Cuando la canción llegó a su fin, el público estalló en aplausos y vítores, pero DMT seguía perdido en sus pensamientos. ¿Quién era esa misteriosa cantante que había logrado cautivarlo de esa manera? ¿Y por qué sentía que sus palabras resonaban tan profundamente en su interior?

Traiciones Y Redenciones: La Historia Del Escuadrón MKIV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora