Entre mis piernas

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POV Rebecca

Tal y como nos dijo Saint, la última conferencia terminó a las cinco de la tarde. Nuestro tren de vuelta salía al día siguiente a las doce de la mañana, por lo que teníamos la tarde y la noche para nosotras.

Freen me propuso que pasearemos por el centro de la ciudad, ya que podíamos ir andando desde nuestro hotel, y a mi me dio igual lo que hacer, mientras que lo hiciéramos juntas. Así que pasamos por nuestra habitación para cambiarnos de ropa, y salimos a la calle con nuestro plan de turistas. A pesar de ser finales de marzo, el clima parecía casi veraniego, y las calles estaban bastante transitadas.

Entre nosotras, la conversación no fluía con demasiada naturalidad. Las dos sabíamos que la situación había llegado a un punto en el que no podíamos fingir más que no pasaba nada. Después de que la noche anterior Freen me pidiese que la dejase dormir conmigo, yo no había dicho ni una palabra. Simplemente me había acurrucado con ella entre las sábanas. No sentí que nada de lo que pudiese decir fuese a cambiar las cosas, así que no dije nada. Ella tampoco lo hizo.

El día entre nosotras había sido raro. Notaba que ella ya no podía mirarme fingiendo que sólo éramos amigas, y en parte lo agradecía. Prefería notar que me miraba siendo consciente de nuestra verdadera situación. Yo tampoco podía mirarla con normalidad, porque sentía demasiadas ganas de besarla. Siempre había querido hacerlo, pero en esos momentos me estaba costando demasiado ignorarlo. Tenerla tan cerca estaba agravando mi enfermedad por ella.

Caminábamos relajadas, sabiendo que no teníamos ningún lugar en el que estar. Yo la miraba de reojo, observando su semblante relajado, pero ligeramente serio. Sus ojos me los ocultaban sus inseparables gafas de sol. Yo también había decidido esconderle los míos, porque gritaban demasiadas cosas.

Caminábamos por la calle en la que se encontraba un templo. Me contaba que le decían 'la pelada', porque una de las cúpulas no había sido construida. Yo la escuchaba fascinada, más que por lo que me contaba, por cómo me lo contaba. Descubrí que le gustaban la arquitectura y el arte, y me pregunté cuántas cosas más le apasionaban y yo aún no lo sabía.

Andaba ensimismada en mis cavilaciones, cuando sentí que me agarraba de la mano y tiraba de mí con fuerza. Al segundo vi como pasaba por nuestro lado uno de esos patinetes eléctricos que alcanzaban una velocidad del mismísimo demonio, y que parecía que inundaban la ciudad. Si Freen no me hubiese apartado me hubiese pasado por encima. Dudaba mucho que me hubiese matado aquel pequeño vehículo, pero imaginaba que tenía que ser bastante doloroso ser embestido por uno de esos.

Ella tenía una cara de cabreo importante.

-Carajo, la gente no sabe lo que es el civismo.- A mí me hizo gracia que hablase de civismo con esas palabras.

- La gente es una mierda Freen, pero tú eres mi ángel de la guarda.- No pude verlos a través de los cristales oscuros, pero me di cuenta de que estaba rodando los ojos. En su cara ya se veía esa sonrisa que no podía evitar cuando yo le decía mis tonterías.

- Ya empezamos.-

Le agarré más fuerte la mano que aún sostenía la mía. Con el otro brazo, la rodeé por los hombros y la pegué con fuerza contra mi pecho.

-Dios mío, menos mal que estabas aquí.- Ella luchaba por desembarazarse de mi abrazo, pero yo no la dejaba. - He pasado un susto de mil pares de narices Freen- Ella seguía forcejeando para escapar de mi abrazo, pero no la dejaba. También podía escuchar sus carcajadas sofocadas contra mi ropa.- En serio, que Buda te bendiga Freen, eres un ángel. Ese chalado casi me mata, y tú me has salvado.-

Dejé que se separase lo justo como para poder verle la cara. Tenía las gafas ligeramente torcidas, por haberla aplastado contra mí, pero se reía a carcajadas. A mí, el peso que llevaba sobre el pecho desde la noche anterior, se me hizo un poco más liviano. Era el maravilloso efecto que su risa me provocaba.

Mírame | FreenBecky (adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora