Maratón 3/3
POV Rebecca
Aún no sé como conseguí que mis piernas siguiesen sosteniéndome después de la frase que me soltó Freen mirándome a los ojos. Sentí que mi cuerpo se inundaba de aquella dulzura con la que me habló mientras no apartaba su mirada de la mía.
Pensé que el dolor tenía que estar haciéndola delirar. Jamás, ni en mil millones de años, me habría esperado que se agarrase a mi con esa necesidad, ni que sus pupilas fuesen capaz de mirarme con esa ternura.
Muévete Rebecca.
-Venga Freen, te voy a llevar a tu casa.- Reforcé el agarre que mantenía en su delicado cuerpo, e intentando no pensar en la sensación que me provocaba tenerla pegada a mí, nos dirigí hacia la salida de su oficina. Ella no emitió sonido alguno, simplemente se dejó guiar.
Vi como intentaba mantener la compostura mientras que andábamos camino al ascensor. Su cara mantenía una mueca inexpresiva, y no fijaba su mirada en nada más que no fuese el cubículo metálico al que nos dirigíamos. Yo la sujetaba de manera discreta, porque sentí que ella no quería que la gente se diese cuenta de que se encontraba enferma. Joder, si no hubiese sido porque yo no puedo estar sin mirarla más de 5 minutos nadie habría ido a ayudarla.
¿Prefieres sufrir en la soledad de tu oficina antes que pedir ayuda?
No sé cómo, pero conseguimos que nadie se fijase en nosotras mientras caminábamos. Cuando el ascensor llegó yo nos introduje con rapidez. En el instante en el que las puertas se cerraron, Freen se apoyó completamente en mi dejando caer todo su peso, provocando que mi espalda fuese a dar contra una de las paredes con fuerza. A mi ni siquiera me dolió. Le pasé un brazo por la cintura, y con el otro rodeé sus hombros. Ella escondió la cabeza en mi cuello y soltó un suspiro que contenía tanto dolor que mi cuerpo se estremeció.
No soporto que te duela nada, Freen.
- Nos queda muy poco. Te voy a llevar en mi coche que está en la siguiente calle, ¿crees que podrás llegar?- Se lo susurré muy bajito, por si acaso mi voz le acentuaba lo más mínimo aquel dolor de cabeza.
Ella no habló, pero sentí como sus manos volvían a agarrar con suavidad mi camiseta mientras asentía con su rostro aún enterrado en mi cuello.
Esta vez fui yo la que suspiré. No lo pude evitar, y ni siquiera lo intenté. Bajé ligeramente mi cabeza hasta que mis labios se posaron en su frente, y dejé un beso con toda la suavidad que pude. Ella gimió bajito en respuesta, y su agarre en mi ropa se hizo un poco más fuerte.
A mí los ojos se me llenaron de lágrimas. Sentirla así, con su respiración en mi garganta, y su rostro encajado en mi cuello, me provocó tantas sensaciones que no fui capaz de identificar ninguna.
El ascensor llegó a la primera planta.
- Un último esfuerzo cariño, ya queda poco te lo juro.- Mi voz estaba cargada de aquel sufrimiento que me provocaba el suyo. Ella apartó su cabeza del encaje que le ofrecía mi cuello, y me miró a los ojos mientras que esbozaba una sonrisa triste.
No me sonrías con tristeza por favor. Yo sólo quiero ser la culpable de todas tus alegrías.
Alargó su mano hasta su bolso, que yo llevaba aún colgado, y con movimientos torpes sacó las gafas de sol oscuras que tantas veces le había visto. Se las colocó con delicadeza mientras que yo la esperaba para salir del ascensor. Cuando las tuvo puestas se irguió todo lo que pudo, y comenzamos a andar hacia la calle.
Así, con paso lento, y sin mediar palabra, conseguimos llegar hasta mi coche. Agradecí a todos los dioses el haber encontrado un aparcamiento medianamente cerca aquella mañana, porque Freen cada vez estaba más pálida.
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Mírame | FreenBecky (adap)
FanficADAPTACIÓN Rebecca puede enumerar la cantidad de lunares que Freen lleva en su cuello. Puede incluso recordar la cantidad de veces que la vió sonreir...a otros, nunca a ella. ¿He mencionado ya que mis ojos son incapaces de apartarse de ti cuando te...