No tardes mucho, por favor

489 70 19
                                    

POV Rebecca


El camarero acababa de servirme la ensalada cuando escuché aquella voz que no conocía.

- Perdona, ¿eres Rebecca, verdad?-

Me giré sobre el taburete en el que estaba sentada mientras que soltaba el tenedor que ya tenía en la mano. Una chica estaba demasiado cerca, inclinada sobre la barra y sosteniendo un vaso de refresco. No la conocía de nada. Y ella sabía mi nombre. Ni siquiera me sonaba su cara, aunque aquello no era demasiado extraño. En la cafetería del edificio nos reuníamos gente de todas las empresas que albergaba. Conocía a varias personas que eran bastante asiduas, pero aquella chica no la había visto nunca. La recordaría.

Llevaba el pelo rubio peinado hacia un lado, con descuido, y le rozaba los hombros. Tenía la piel clara, y unos ojos preciosos. Aparte de que eran de un azul tan claro que parecían transparentes, los tenía enormes. Era guapa.

- Sí. Lo siento, yo...- Ella me interrumpió.

-No me conoces.- Me dedicó una sonrisa pícara, y yo me sentí aliviada de que no se hubiese ofendido.

- Es que soy bastante despistada para las caras y los nombres...-

-Tranquila, yo nunca te he dicho el mío. Soy Amanda, y trabajo en el edificio. Te he visto alguna vez por aquí y no he resistido la tentación de venir a saludarte.-

Me di cuenta de que no es que me hubiese olvidado de quién era, es que no lo sabía porque no la conocía. Aquella chica estaba intentando ligar conmigo. Le devolví la sonrisa. Había que ser bastante valiente para acercarse a alguien así.

-¿Te importa que me siente contigo, o estás esperando a alguien?- Lo dijo mientras que agarraba el banco que estaba a mi lado. A mí me pareció inofensivo comer con ella, y por otra parte, me había puesto bastante difícil rechazarla sin ser descortés.

- Para nada.-

Al segundo estaba sentada a mi lado. Llamó al camarero con voz alegre, y le dijo que le pusiera lo de siempre.

-¿Trabajas en el piso 21, verdad?- Yo alcé una ceja y la miré con un poco de asombro.- Mierda.- Soltó una pequeña carcajada que me hizo sonreír a mi también.-Vale, acabo de quedar como una acosadora.- Volvió a reírse.

-Pues un poco.- Se lo dije en tono bromista, pero había parte de verdad.

-A veces hemos coincidido en el ascensor, y te he visto pulsar el botón. Con otra chica pelinegra, ¿verdad? Yo trabajo en el 15, la cadena de restaurantes, ¿sabes?-

Vi en su rostro que no sentía ni pizca de vergüenza, a pesar de que me acababa de decir que me tenía bastante controlada. No pude evitar que me cayese bien. Las personalidades tan extrovertidas me parecían terriblemente refrescantes.

- Osea que llevas un tiempo vigilándome.-

El camarero se acercó para dejarle su plato, y ella dejó de mirarme un segundo para darle las gracias. Después volvió a mirarme, esta vez con intensidad.

-Pues sí.- Se llevó una patata frita a la boca, y siguió mirándome con descaro.- La verdad es que resultas difícil de ignorar. Yo por lo menos no puedo.-

Esa vez la que me reí fui yo. Aquella chica era tan descarada. Tan atrevida.

-Dios. ¿Eres buena, eh?-

-¿Ligando? Bueno, no se me da mal. Pero no sé por qué me da la sensación de que contigo lo tengo todo perdido.- Me sonrojé ligeramente y aparté la mirada para concentrarla en mi ensalada. Encima era perspicaz.

Mírame | FreenBecky (adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora