Me rindo

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POV Rebecca

Los movimientos del cuerpo de Freen me despertaron. El cuarto estaba sumido en una oscuridad total, por lo que debía ser de madrugada. Ella estaba tumbada a mi lado, pero nuestros cuerpos no se tocaban. Parpadeé un par de veces, intentando que mis ojos se acostumbrasen a la falta de luz.

Cuando lo hicieron, pude fijarme en su rostro, y la imagen me cerró la garganta. Su cara estaba contraída en una mueca de dolor. Apretaba fuerte los ojos, y su cuerpo temblaba tanto, que me había sacado del sueño, a pesar de la distancia a la que nos encontrábamos. Balbuceaba frases que yo no podía entender, pero era evidente que estaba sufriendo. Tenía una pesadilla.

¿Qué te pasa?

Me incorporé sobre las almohadas. Tenía que despertarla. Yo no podía soportar que Freen sufriera, ni aunque fuese en sueños. Con cuidado, me incliné sobre ella, y apoyé una de mis manos en su rostro.

- Freen...- Ella se agitó aún más. Entre sus balbuceos pude distinguir un lo siento. Yo no sabía a quién sentía que debía pedirle perdón con tanto dolor en sus sueños. - Freen, cariño, despierta.- Elevé un poco el tono de mi voz, y mi mano se asió a su cara con algo más de fuerza. Necesitaba que se despertase ya. - Freen, estás soñando. Abre los ojos.-

Y ella lo hizo. Y yo vi que sus ojos estaban teñidos de tanto dolor, que sentí que las lágrimas afloraban a los míos. Dios mío, ¿qué es lo que te hace sufrir así?

Pero no tuve ocasión de preguntarle. Con movimientos violentos apartó mi mano de su cara. Su cuerpo se movió con rapidez, y en cuestión de segundos, su cuerpo estaba alejado lo máximo posible de mí. Se quedó sentada sobre el colchón, tan al filo de las sábanas que pensé que iba a caerse de la cama. Durante un instante sólo se quedó allí, quieta, con la respiración tan acelerada que tuve miedo de que se desmayara.

Después se llevó las manos a la cara, y oí cómo luchaba por acompasar su respiración. Yo esperé unos segundos antes de hablar, no quería ponerla más nerviosa.

- Sólo ha sido una pesadilla...- Empecé a hablar con voz suave, pero me interrumpió una carcajada que me puso los pelos de punta. Estaba cargada de cinismo, de amargura. Sin apartar las manos de su cara, me dejó escuchar su voz.

-Ojalá.-

Una palabra. Sólo dijo una palabra. Pero yo no necesitaba que dijera nada más. Ahora sabía que le pasaba algo que le quitaba el sueño. Que le hacía sufrir. Quizá también aquello podía explicar su comportamiento conmigo, sus cambios de humor, su crueldad insoportable y su dulzura delirante.

-Dime qué pasa, por favor.-Yo no me acerqué porque me pareció que en esos momentos necesitaba espacio, pero no pude evitar preguntarle. Necesitaba entenderla. Pero sobre todo necesitaba que se apoyase en mí. Que confiase en mí. Yo sólo quería estar para ella. De todas las cosas que deseaba en el mundo, ayudarla era la que deseaba con más intensidad.

-¿Me he dormido?- Me lo preguntó mirándome a los ojos, con expresión de desconcierto. Yo no entendí por qué le resultaba extraño haberse quedado dormida. Ya se había dormido a mi lado una vez. Aunque aquella vez tenía migraña, y la medicación que se había tomado era muy fuerte... Casi pude escuchar cómo mi cerebro se esforzaba por encajar las piezas de aquel misterio.

- Sí. Más o menos a la mitad del segundo capítulo...-

El día anterior, después de ver la película que ella había elegido, volvió a pedir comida, esta vez para las dos. Cenamos en mi cama, y después de que ella comprobase que mi fiebre seguía sin aparecer de nuevo, habíamos decidido poner Muñeca Rusa en Netflix. Freen no había mencionado nada de quedarse a dormir, pero cuando escuché cómo su respiración se relajaba, me di cuenta de que se había quedado dormida abrazada a mí. Yo sólo apagué la televisión, y me dormí con ella. Pero estábamos abrazadas. No sabía en que punto de la noche nuestros cuerpos se habían separado.

Mírame | FreenBecky (adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora