Nuestra boda

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Levi, con su habitual seriedad, parecía ajeno al creciente nerviosismo que embargaba a los presentes. Erwin, a su lado, intentaba disimular su preocupación mientras observaba el reloj. La novia estaba atrasada 20 minutos, nadie sabía que Hange y las demás estaban en serios problemas. Aunque intentaron comunicarse la operadora solo registraba fallos.

Nanaba intentaba reparar el automóvil, pero no encendía, Hange y todas sus damas estaban desesperadas, sus celulares dejaron de funcionar cuando un accidente había interferido con las señales de comunicación en Paradis. Hange no quería perder más tiempo, agarro la mano de Kuchel empezando a caminar.

- Debo llegar así sea a pie, no voy a dejar a Levi en el altar.

- Hange espera iremos todas. -Pronuncio Rico ayudando con la cola del vestido.



El sol castigaba sus rostros mientras emprendían la caminata. Apenas quince minutos habían transcurrido y el dolor ya punzaba sus pies, pero la castaña no cejaba. Un automóvil se aproximó, y unos hombres, ataviados con trajes árabes, las observaron con una sonrisa lasciva. Uno de ellos exclamó.

- Suban, bellas mujeres, las llevamos con nosotros

- Hange, con el rostro bañado en sudor y el maquillaje corrido, suplicó - Yo me tengo que casar. ¿Puede llevarme a la iglesia de Paradis?

El hombre, con una sonrisa burlona, respondió - ¿Casar? ¿Cuánto cuesta usted? Podría comprarla como mi tercera esposa

Indignada, Hange conectó un puñetazo en la nariz del sujeto, gritando - ¡Yo no estoy a la venta! Los demás rieron y las arrastraron al vehículo. Un aroma a incienso, casi reconfortante, inundó el ambiente. El conductor, disculpándose por las palabras de su amigo, siguió las indicaciones de Hange. Nanaba retocó el maquillaje de Hange, y todas sintieron un alivio momentáneo. Al escuchar el anuncio del conductor "¡Estamos llegando!", la emoción se apoderó de Hange. Finalmente, se casaría con Levi



Levi se estaba desesperando, temiendo que algo malo hubiera sucedido, Titán se acercó a él con una sonrisa diciendo "Están llegando papá". Titán y Kuchel tenían una conexión sentían a la distancia las emociones del otro incluso, sentían si su madre o padre estaban en problemas.

El pelinegro observó a las personas entrar apresuradas, lo que significaba que Hange por fin había llegado. Las damas empezaron a entrar, por fin pudo ver a Hange en su vestido de novia, lucía hermosa. La música sonó y ella suavemente camino hacia el altar.

Cuando tomaron sus manos Levi noto cierto olor ¿Acaso era incienso? El padre se colocó frente a ellos empezando la ceremonia.

- Hoy estamos aquí reunidos, para unir a estás dos almas en matrimonio. Levi y Hange deben decir sus votos - Menciono el sacerdote.

Hange sonrió mirando profundamente a los ojos azul gris de Levi, recordaba todo lo que habían vivido, la familia que tenían, los sueños por cumplir. Levi significaba mucho a para ella.

Volvernos a Encontrar Parte DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora