Interrupciones

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Un escalofrío recorrió la espalda de Hange mientras las voces masculinas resonaban en la sala. No eran los vecinos, eso era seguro. Dos intrusos, susurrando con avidez, parecían revolver cada rincón del apartamento en busca de algo.

Hange, con manos temblorosas, se aferró a su mochila. Levi, con calma, se deslizó hacia la ventana era la única salida viable, pero las gradas de emergencia se encontraban a una distancia considerable, congeladas y resbaladizas. Un salto al vacío era la única opción.

Levi, con voz apenas audible, murmuró a Hange: 

- Tenemos que saltar. Confía en mí, no te dejaré caer.

Hange, con la vista fija en la aterradora altura, negó con la cabeza. No solo la altura era un problema, sino la falta de su equipo de maniobras 3D. Sin él, la caída sería mortal.

Levi se coloco los guantes, le indico a Hange que se subiera a su espalda, estaba seguro que podía saltar hasta las resbalosas escaleras de emergencia, debían irse de aquel lugar, no quería enfrentar a quienes estaban en el apartamento. A pesar de la diferencia de tamaño Hange se subió  en él, envolvió sus piernas alrededor de su cintura.

El frío viento nocturno golpeó sus rostros mientras Levi daba un poderoso salto al vacío. La nieve caía con más intensidad, creando una cortina blanca que amenazaba con tragarlos. Hange se aferró a Levi con todas sus fuerzas.

Los segundos se volvieron en una eternidad. La adrenalina bombeaba por las venas de Levi mientras calculaba la distancia, ajustando su cuerpo en el aire para minimizar el impacto.  Finalmente, sus botas tocaron el metal helado de las escaleras de emergencia. Un golpe seco recorrió sus cuerpos, pero se mantuvieron firmes. Levi, jadeando por el esfuerzo, miró hacia arriba. La ventana del apartamento era un pequeño cuadrado de luz en la oscuridad.

- Rápido, no sabemos cuánto tiempo nos queda, entra aquí conozco a mis vecinos son amables.

Hange, estaba sorprendida por la destreza de Levi, lo había visto haciendo piruetas y matando titanes con el equipo de maniobras, pero nada como eso, asintió y comenzó a subir las escaleras con cautela, hacia la ventana mas cercana, la abrió con cuidado, Levi entro primero quien fue recibido por la voz de un hombre mayor

- ¡Otra vez Levi! ¿Ahora que paso? Pasa muchacho

- No estoy solo señor Warren, vine con mi fiancée Hange Zoë

Hange entro al apartamento, tenía una leve molestia en la cabeza, además estaba muriendo de frio, solo escucho su nombre salir de los labios de Levi, se acerco al hombre mayor saludando con una sonrisa entusiasta.

- Hola soy Hange Zoë

- Mucho gusto señorita, es mucho mas bonita en persona, Levi es muy afortunado. Soy Ed  

- Gracias Ed, es bueno conocer a un vecino agradable de Levi ¿Así que habla mucho de mí?

Levi tosió y cerro la ventana, no quería quedarse mucho tiempo debía ir por su celular y llamar a la Policía de Narcóticos, estaba seguro que aquella pareja eran narcos, por eso tenían tantas cosas lujosas, además los sujetos que entraron de seguro estaban buscando algo más, no eran simples ladrones. De pronto la señora Warren salió de la nada con una sonrisa, al verlo se lanzo en un abrazo.

- ¡Levi que gusto verte! ¿Quién es esta bella chica?

- Hola soy Hange,  Hange Zoë. 

-Me pueden prestar su celular, debo hacer una llamada urgente -Menciono Levi en un tono serio.

La pareja invito a Hange a sentarse mientras Levi llamaba a un viejo conocido en la policía, además informo a Erwin sobre el asunto. Mientras tanto, Hange se encontraba inmersa en una fascinante conversación con los ancianos. La pareja, con calidez en sus voces, le describía cada una de sus preciadas posesiones, un espejo antiguo, una muñeca de trapo en una vitrina de cristal, un vestido de novia.

Volvernos a Encontrar Parte DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora