Chuuya

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No hay lugar como el hogar

Recuerdo la primera vez que fui a una clase de manejo, era un sábado en la mañana, tenía 17 años, casi 18, eran vacaciones de navidad, pagué un curso de manejo de dos semanas, me sentía nervioso y emocionado a la vez, nunca había manejado un auto. Recuerdo que entré a las clases porque Arthur insistió en que era importante que supiera usarlo debido a que podría ocurrir una emergencia y alguien debía manejar si él no podía.

Recuerdo que tomé el volante y me emocioné, aunque no fue como en los videojuegos, era más difícil mover el volante, no podía sacarlo y, lo más importante, si chocaba, no iba a aparecer mágicamente en la pista con el auto como si nada.

¿Por qué la vida no es como en Mario Kart? Excelente pregunta, haría todo más fácil

Me he preguntado eso desde que comencé a manejar, claro que fue como una pregunta de broma más que en serio, pero mientras caminamos a las clases de manejo de Dazai podía ver los nervios en su rostro. Y creo que no es para menos.

Desde que me dijo que quería aprender a conducir, no he dejado de preguntarme que tan buena idea sea. Sé que ya puede estar sentado en un auto, incluso se sienta en el lugar del copiloto, pero no es lo mismo que conducir y me preocupa que tenga un ataque de nervios. Por suerte para nosotros, el señor Nathaniel, el instructor, nos mostró como el auto tenía dos volantes y dos juegos de pedales en caso de que Dazai no supiera cómo salir de algún lugar. Y ciertamente eso me calma un poco.

No es que no confíe en él, es solo que me asusta que se paralice, así que sabiendo que alguien más puede tomar el volante, me siento más tranquilo.

Una de las promesas que me pidió hacerle cuando veníamos hacia acá, fue que lo esperaría, así que tengo 2 horas para leer un poco mientras él aparece. Nunca he leído Alicia en el país de las maravillas, supongo que es un buen momento. Es algo divertido e interesante, solo había visto las películas, mi favorita es la de Tim Burton, aunque es mucho más fácil hacer una adaptación al ballet con la de Disney, si me lo permiten.

Mientras iba avanzando, comencé a sentirme algo mareado, incluso con náuseas. Tuve que dejar el libro unos segundos para aferrarme al asiento, no porque sintiera que me caería o algo, sino porque me sentía muy mareado y necesitaba sentir algo, lo que fuese. He intentado ocultarle eso a Dazai, quiero pensar que es algo normal, no había bailado en dos meses, se pierde algo de condición.

Es solo que... Ver el suelo de color negro y borroso, acompañado de un pitido agudo que me atraviesa la cabeza es la cosa más horrible, más cuando sientes como si tuvieras la comida en la garganta y tuvieras una extraña sensación de asco. Mis manos comenzaron a hormiguear en ese momento, mis pies se sentía fríos. ¿Que está pasando?

-Jovencito -preguntó la señorita de recepción, quien ahora se encontraba a mi lado -¿Se encuentra bien?

Tragué saliva para responder, pero me sentía incapaz de hacerlo, por lo que solamente asentí.

No, no me sentía bien, incluso podía escuchar mi corazón latir con fuerza, pero no podía responder eso, no podía hablar.

No sé en qué momento me acercó un poco de agua para que la tomara, mi mano temblaba, no podía sostenerlo, por lo que me ayudó a llevarlo con cuidado a mis labios. Se sentía seco. Si, sé que suena muy irónico decir que el agua estaba seca, pero así la sentía, sentí un poco rasposo al pasarla, incluso me dio algo de asco tomarla. Intenté darle el vaso, pero lo solté sin darme cuenta, me sentía algo perdido y pesado, no supe en qué momento llegó alguien a tomarme la presión. ¿Llamaron a una ambulancia? ¿O tienen un botiquín de primeros auxilios? Bueno, es una escuela de manejo, deben de tener algo de protección, después de todo.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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Luces de diciembre -soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora