Chuuya

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Soñando contigo

-Bien, veamos. Zanahorias, mantequilla, huevos... -pensé en voz alta mientras veía el recetario que Dazai me había regalado

-¿De verdad harás cupcakes de zanahoria? -preguntó Kyoka mientras apoyaba la mano en su mejilla con gesto serio

-Te gustarán, ya verás -dije con una sonrisa

Giró los ojos para después dirigirse a la sala, sentandose en el tapete que teníamos para Yumeno. Era un pequeño tapete que teníamos rodeado con una cerca de plástico, dentro del cual había muchos peluches y juguetes, mismos que Yumeno abrazaba a cada rato. Ahí Kyoka jugaba con él, sacudía la sonaja o hacia como que los peluches hablaban.

-Kya, Kya -decía divertido mientras se estiraba -. Othito

-Osito -decía ella con ese gesto serio de siempre, mostrándole un oso de peluche color azul -. Repítelo. Osito.

-Othito -decía con una sonrisa, estirando sus brazos.

-¿Cuando crees que aprenda a hablar? -preguntó en voz alta mientras yo mezclaba los ingredientes

-Bueno, tú hablaste hasta los 3 años, él apenas tiene dos.

No era mentira, ella habló a los 3 años. Pero fue extraño. No hubo palabras previas, de hecho mamá pensaba que era sordo muda, ya que solo nos miraba y parpadeaba, pero los estudios decían que estaba bien. Fue cuestión de entrar al jardín de niños, y nos dimos cuenta de que hablaba de manera fluida, simplemente no le gustaba hablar. En cambio, Yumeno comenzó a balbucear cosas hace como 6 meses, pero aún no formula palabras entendibles.

Bueno, cada bebé es diferente, ¿No?

Además, es divertido ver cómo cambia los nombres de las cosas porqué no sabe pronunciarlos bien, dan ganas de comerselo cada que lo hace.

Kyoka es Kya, yo soy Uia, aunque mamá y papá si son mama y papa. Y ya vieron que Dazai es Thai.

Ya casi terminaban las vacaciones de invierno y comenzaría el nuevo semestre, por lo que estaba aprovechando mi tiempo libre en cocinar postres y pasar tiempo con mis hermanos, porque hay que ser honestos, no tendré tanto tiempo para ellos en cuanto regrese a clases y me gusta estar con ellos. Aunque Kyoka sea una adolescente que se la vive en sus libros y Yumeno sea un bebé que no me puede hacer una conversación, disfruto mucho estar con ellos.

Y admito que... El hecho de que Dazai me hubiera regalado el recetario me daba una nueva razón para querer usarlo todo el tiempo posible, sobretodo por la nota que había dentro del libro.

Para mi mazapán

No pude evitar ver cómo tus ojos brillaban viendo las recetas, así que pensé que si alguien podría hacerlas bien, ese alguien eras tú

Disfruta tu regalo

Por alguna razón, fue la nota más tierna que había recibido, no podía evitar sonreír al leerla, me lo imaginaba escribiendo esa nota en la tienda antes de envolver el libro, quizá estaba sonriendo, quizá solo estaba sentado en el escritorio pero era tierno ver cómo pensaba en mí.

Y ahí estaba sentimiento de nuevo.

Mariposas.

Y nuevamente... Esa confusión...

No. ¿Por qué te confundes? Obviamente no son mariposas. Quiero decir... Pfff, que ridículo sentir mariposas por otro hombre, ¿No? Seguro es que ya tengo hambre y me estoy tardando más de lo que pensé en los cupcakes.

Luces de diciembre -soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora