Chuuya

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¿Eso nos vuelve novios, no?

-Chuuya. Chuuya

¿Hmmm? ¿Esa voz?

-Vamos, Chuuya, ¡Despierta!

¿Hmm? ¿Albatros? ¿Esa es la voz de Albatros?

-¡Despierta!

Abrí los ojos lentamente, me sentía mareado, un poco perdido. Sentí como me cegaba la luz de la ventana. En cuando respiré profundamente sentí como mi cuerpo comenzó a doler, sobretodo la muñeca y el cuello, aunque me sentía golpeado en todo el esplendor de la palabra.

¿Cómo terminé así?

Oh... Ya recordé...

Terminar en el hospital de urgencia dos veces en menos de 2 meses en demasiado, sin duda. Me pregunto si Kyoka está bien... Se veía asustada...

No tardó en llegar la enfermera, me dijo algunas cosas pero no recuerdo exactamente qué dijo, me sentía tan cansado que solo quería dormir de nuevo. Pero a los pocos segundos de que ella se fue, escuché la puerta abrirse de pronto. Intenté girar la cabeza pero ahí caí en la cuenta de que traía un collarín puesto. Oh, eso explica tanto.

-¡Chuuya!

-¿Dazai? -susurré como pude

Me costaba tanto hablar, no me sorprendería que mi cara estuviera completamente golpeada

Pero al ver la cara asustada de Dazai, sus ojos llorosos y el impulso contenido de lanzarse a abrazarme, no pude evitar sonreír.

-Parece que viste un fantasma -intenté sonreír, pero hasta eso me dolía

-No te esfuerces, ¿Si? -susurró sentándose en el borde de la cama -. Todo está bien, tu padre está en recepción arreglando unas cosas. Vendrá después...

Asentí como pude mientras me acomodaba para poder dormir de nuevo. Me di cuenta de que tenía el brazo derecho enyesado, por lo que llevé mi mano izquierda como pude a la de él. En ese momento acarició mi mano con suavidad, como si tuviera miedo de romperla, pero no dejaba de mirarme con miedo.

-Estoy bien... -susurré acariciándole la mano -. Solo fue una caída, nada de qué preocuparse...

-Chuuya, llegué y parecía que estabas muerto -dijo sin titubeos -. Pensé... Pensé que no... Que tú...

Pero no pudo terminar su oración, las lágrimas se apoderaron de su rostro y surgían nuevas cada que intentaba hablar. Estaba asustado.

No recuerdo mucho de anoche, a decir verdad, recuerdo que mamá gritó, papá intervino, Yumeno comenzó a llorar, recuerdo una caída y el miedo en los ojos de Kyoka. No sé... ¿Fue tan grave? No lo recuerdo, me quedé dormido después de ver a Kyoka.

-No me iré, ¿De acuerdo? -sonreí sin dejar de tomar su mano -Aquí estoy...

Asintió tímido sin dejar de acariciarme. Se sentía tan cálido y dulce, era todo lo que necesitaba conmigo.

Cerré mis ojos para intentar dormir, aunque me dolía tanto el cuerpo que me resultaba imposible, pero al menos con tener los ojos cerrados era suficiente para mí, al menos me sentía un poco más descansado de ese modo.

Fue entonces cuando se escuchó la puerta de la habitación abrirse de nuevo. A juzgar por los pasos que escuché, podría asegurar que era papá. No sé si quiero hablar con él en este momento.

No sé si quiera estar con alguien que no sea Dazai, ahora que lo pienso.

-¿Cómo está? -preguntó

Luces de diciembre -soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora