dos

80 17 13
                                    

 ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎JeongIn maldijo para sus adentros cuando la profesora se tomó muy en serio sobre las llegadas tardes a clases, perjudicando que no saliese a la hora del almuerzo como correspondía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎JeongIn maldijo para sus adentros cuando la profesora se tomó muy en serio sobre las llegadas tardes a clases, perjudicando que no saliese a la hora del almuerzo como correspondía.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎¡No era su culpa que el maldito despertador de su teléfono no haya timbrado!

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Golpeó varias veces la frente contra el pupitre de madera, lamentándose una y otra vez por la llegada tarde a clases. Y también porque llegaría en mal tiempo al entrenamiento de voleibol.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Faltaban 10 minutos y podría salir como si un rayo se tratase. Mientras esperaba que sea la hora de salida, recordó que hoy practicaría los remates que tanto le ha costado realizar desde que había comenzado a entrenar el deporte.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Pero su alegría y entusiasmo se derrumbó al pensar la cara seria de Chan junto con un reproche de haberse quedado dormido y provocase la llegada tarde al entrenamiento.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Un escalofrío paso por toda la zona de su espalda dorsal, reincorporándose en el asiento. MinHo seguramente también le regañaría y no le daría pases al ser el colocador oficial del equipo de voleibol.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Su día parecía empeorar con tan solo recordar aquello.








‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──¡Córranse, aún lado!

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎JeongIn corría con todas sus fuerzas al bajar las escaleras del edificio, esquivando a los demás estudiantes que transcurrían tranquilamente por los pasillos.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Lo único que podía pensar Yang JeongIn es llegar a tiempo para que sus compañeros de club, específicamente su capitán de equipo no lo castigara con la mirada fulminante y dominante que podía proporcionar a simple vista; él solía ser amable con todo el mundo e incluso su sonrisa cautivaba a más de uno, transmitiendo una tranquilidad sincera. Pero cuando algo no era de su agrado, o había algún incumplimiento—como las llagadas tardes—, su aura cambia de manera radical siendo más seria e impotente.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Sí, JeongIn le tiene miedo a su líder cuando éste se enfada.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Por eso mismo corría a toda velocidad, faltaban dos minutos para que el entrenamiento comenzara. Corrió con todas las fuerzas que le permitía sus pies y su peculiar sonrisa se instaló en su rostro; amaba la sensación de adrenalina que corría por sus venas al pensar y proyectar en cómo sería el entrenamiento de hoy.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Yang JeongIn amaba el voleibol, tanto que deseaba que el día de su funeral le pusieran su canción favorita de su anime favorito para revivir unos minutos y cantar dicha canción, y luego morir en paz.

cafuné ⊹ yang jeongin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora