cuatro

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 ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎El despertador del teléfono sonó haciendo que la pelinegra arrugara su ceño al escuchar el sonido del aparato, interrumpiendo totalmente su sueño deseado y complaciente

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‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎El despertador del teléfono sonó haciendo que la pelinegra arrugara su ceño al escuchar el sonido del aparato, interrumpiendo totalmente su sueño deseado y complaciente. Extendió la mano hacia la mesita de luz al lado de la cama, y tanteó cómo pudo hasta que por fin logró presionar la opción de detener el despertador.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Suspiró de manera prolongada, odiaba levantarse temprano para darse un baño y quitarse el malhumor mañanero. Así que se dió vuelta, quedando boca abajo y decide descansar unos cinco minutos más.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Pero fue interrumpido cuando la puerta de la habitación de la femenina se abrió, generando un ruido exaltado. Rina supone de quién podía tratarse, ya acostumbrada a la entrada tan dramática de su hermano mayor.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──¡A levantarse sapo durmiente! ──MinJae exclamó alegremente, aunque era más provocación de su parte para molestar a su hermana menor.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎La menor de los Min agarró una de las almohadas y sin mirar le lanzó a su hermano, odiaba que la moleste tan temprano; por culpa de él mantenía un humor bastante pesado y especial desde la mañana.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎MinJae esquivó exitosamente la almohada que le lanzó la femenina, encaminándose hacia la cama y se lanza cuidadosamente encima del cuerpo de Rina.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──¡Maldita sea, MinJae! ──se quejó, tratando de quitar al mencionado──. ¡Te he dicho que dejarás de tirarte encima mío, pesas demasiado!

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──¡No seas exagerada, Minnie ni que fuera un mamut!

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──Es que sí lo eres ──le afirmó──, ¡Y deja de llamarme así, no me gusta!

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎MinJae se levanta, sentándose en el borde de la cama para fijarse como su hermana se voltea con el ceño fruncido y los cabellos desordenados, parecía la imagen de un gatito bebé refunfuñando.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──Antes te gustaba que te llamase de esa forma.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──Exacto, eso fue antes ahora no me gusta.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──Aunque me lo pidas, no accederé tan fácilmente.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Rina rodea los ojos y lanza un bufido cansador mientras se sienta en el colchón, tallando sus ojos.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎──Prepararé tu desayuno favorito, así que no tardes ──avisó levantándose y dirigiéndose hacia la puerta para luego desaparecer.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎La femenina no tuvo más remedio que levantase de la cama, caminando perezosamente hasta su armario buscando la ropa que utilizaría en el día y también una toalla; salió de su habitación y se encerró en el baño lista para darse una ducha.

cafuné ⊹ yang jeongin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora