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──Vaya, vaya. Pero miren a quién tenemos aquí de nuevo ──un chico alto de uniforme deportivo turquesa apareció delante del grupo, quienes realizaban su calentamiento a penas llegaron al gimnasio──. Si es el famoso Lee MinHo y su grupo decaído al fracaso.
Los demás dejaron de hacer su reciente calentamiento cuando el equipo contrincante llegó a la cancha de juego para enfrentarse a ellos.
El mencionado no se inmutó para nada ante las palabras pronunciadas por aquel pelinegro de ojos cafés; hace tiempo que no lo veía, aproximadamente un año desde aquel partido de práctica que tuvieron ambas escuelas vecinas.
──¿Quién es ese tipo, y por qué nos llamo grupo decaído al fracaso? ──preguntó JeongIn y los demás muchachos de tercer año mantuvieron la mirada dura y fija contra aquel desconocido—para él—que se sintió desesperado por no obtener una respuesta de inmediata.
──Con mucho gusto yo te respondo, chiquitín ──se propuso a contestar con una sonrisa de arrogancia plasmada en su rostro──. Mucho gusto, soy Lee JuYeon.
──Solo ignóralo, Yang ──por fin MinHo habló.
──No, por favor, no puedes ignorar las palabras de alguien superior a ti, MinHo-ssi ──soltó una risa nasal──. Después de todo, hoy acabaré contigo y todo este grupo de fracasados.
──¡Maldición! Cierra la boca, bien que pertenecías a este grupo de fracasado ──exclamó ChangBin envuelto de ira que Felix tuviera que intervenir sujetando el brazo de su amigo para que no se avalanchara contra JuYeon.
──Exacto, como tú dices Hyung, yo pertenecía. Verbo pasado, todo queda en el pasado y no en el presente ──corrigió alzando el dedo índice y apuntó hacia la dirección del grupo completo──. Pase lo que pase, hoy los hundiré por mi propia cuenta porque soy el mayor exponente potencial en esta cancha y ustedes son una simple piedrita que podré patear sin ningún problema.
──Si ya acabaste con tu ridículo discurso, nosotros seguiremos con nuestro calentamien- ──las palabras del líder del equipo fueron interrumpidas por JeongIn, colocándose un paso hacia adelante mostrando confianza absoluta.
──Oye, si tú dices ser el mayor exponente potencial de esta cancha ──pronunció con serenidad y suavidad para ser escuchado con claridad──, es mejor que te prepares porque serás esa piedrita que patearemos hasta el final del partido, Lee JuYeon.
Cada miembro del grupo de voleibol quedó plasmado y estático en sus lugares al ver el aura tan diferente y radical que cambió en el menor del grupo, una levedad de escalofrío recorrió en sus cuerpos. Aquella mirada que suele transmitir tranquilidad y alegría por los luceros tan brillantes, ahora eran completamente diferentes; desafiaban al mayor exponente del equipo contrario.
