#𝟛𝟠

643 101 28
                                    

Diciembre 13

Riley había notado un cambio significativo en su vida desde que se unió a las FireHawks. Su popularidad había aumentado exponencialmente, y con ello, también la cantidad de chicas que se le acercaban. Era agotador. No podía caminar por los pasillos sin recibir miradas coquetas o comentarios insinuantes. Las recién ingresadas de la preparatoria la quedaban mirando o las recién ingresadas al equipo la admiraban y, de alguna manera, la idolatraban, buscando constantemente su atención. Riley se sentía como si estuviera en el centro de un torbellino, donde la atención era constante y abrumadora.

Esto, combinado con los coqueteos de recién ingresadas, vecinos o cualquier persona, estaba haciendo hervir la sangre de Valentina de celos. Valentina había notado cómo las miradas y sonrisas hacia Riley se habían multiplicado, y aunque intentaba disimularlo, cada vez que una chica se acercaba demasiado a Riley, sentía una punzada de irritación. Las chicas más jóvenes, en particular, parecían querer cualquier excusa para estar cerca de Riley, y esto solo exacerbaba los celos de Valentina.

Un día, después de un entrenamiento particularmente agotador, Riley se dirigió a los vestuarios de las FireHawks. Estaba sola, aprovechando el momento de tranquilidad para cambiarse y refrescarse. El vestuario estaba en silencio, solo se escuchaba el goteo del agua de las duchas y el sonido de su propia respiración mientras se quitaba el uniforme y se ponía una toalla. Sin embargo, su paz no duró mucho. Valentina entró en el vestuario, su expresión era una mezcla de determinación y enojo. Sus pasos resonaban en el suelo de azulejos, y Riley pudo sentir la tensión en el aire.

Tenemos que hablar —dijo Valentina, cerrando la puerta detrás de ella con un ruido sordo que hizo eco en el vestuario vacío.

Riley levantó la vista, sorprendida por el tono de Valentina. Había algo diferente en sus ojos, una intensidad que no podía ignorar.

¿Sobre qué? —preguntó, intentando sonar despreocupada mientras se secaba el sudor con una toalla.

Valentina se cruzó de brazos y se acercó, sus ojos brillaban con una intensidad que Riley no había visto antes. Estaba claro que Valentina estaba a punto de explotar.

Sobre todas esas chicas que te están rondando. ¿No te das cuenta de lo que está pasando? —La voz de Valentina era firme, casi temblorosa de la emoción contenida.

Riley suspiró, dejando la toalla a un lado. Se sentó en un banco cercano y miró a Valentina directamente a los ojos, intentando entender de dónde venía todo esto.

Val, no es gran cosa. Solo están emocionadas por el equipo y... — dijo Riley antes de ser interrumpida.

Valentina la interrumpió, su voz llena de frustración. Dio un paso más cerca, y Riley pudo ver las pequeñas gotas de sudor en su frente, el rubor en sus mejillas.

¡Claro que es gran cosa, Riley! ¿No ves cómo te miran? Están tratando de llamar tu atención todo el tiempo. Y tú... tú solo lo permites- dijo Valentina con gran frustración.

Riley arqueó una ceja, sorprendida por la vehemencia de Valentina. La intensidad de su reacción era inesperada.

¿Estás celosa? —preguntó, con un tono que intentaba ser ligero pero que no podía ocultar la curiosidad genuina.

Valentina bufó, pero no respondió de inmediato. En cambio, dio un paso más cerca, su voz bajó a un tono más peligroso.

No es cuestión de celos, Riley. Es cuestión de respeto. No puedes dejar que cualquiera se te acerque así. —Su voz era un susurro, pero cada palabra estaba cargada de significado.

Riley sonrió ligeramente, intentando aliviar la tensión, aunque por dentro sentía una mezcla de confusión y curiosidad.

Val, no tienes que preocuparte por eso. Solo son coqueteos inofensivos. —Intentó sonar convincente, pero la preocupación en los ojos de Valentina no desaparecía.

Valentina frunció el ceño, sus ojos se estrecharon, y Riley pudo ver el brillo de la determinación en ellos.

¿Inofensivos? ¿De verdad crees que todos esos besos al aire que te lanzan son inofensivos? —La pregunta estaba cargada de una mezcla de celos y desafío.

La sonrisa de Riley se desvaneció. Valentina estaba hablando en serio, y la intensidad en su mirada era innegable. Era un enfrentamiento que Riley no había previsto.

¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Riley, su voz era un susurro, casi inaudible en el silencio del vestuario.

Riley frunció el ceño, sin entender del todo. —Val, son solo fans. No significa nada.

Valentina soltó una risa amarga. —Nada. Parece que todos quieren un pedazo de ti. —Se detuvo, tomando aire antes de soltar lo que realmente la atormentaba—. Y tus besos... bueno, Josué es mejor en eso.

Riley sintió una punzada de dolor y enojo ante esas palabras. Se levantó, acercándose a Valentina con pasos decididos. —¿De verdad crees eso? —susurró, sus rostros ahora a pocos centímetros de distancia.

Valentina la miró desafiante. —Sí.

Riley hizo una pausa, como si estuviera a punto de besarla, pero en el último segundo se apartó. —Que los besos te los dé tu estúpido novio.

Dio un paso atrás, dispuesta a irse, pero en un movimiento rápido y decidido, Valentina la agarró de la cintura y la atrajo hacia ella. Sus labios se encontraron en un beso intenso, lleno de hambre y pasión contenida. Era como si todas las emociones reprimidas de Valentina se desbordaran en ese momento.

Riley quedó paralizada por un segundo, sorprendida por la intensidad del beso. Podía sentir la urgencia y la necesidad de Valentina en cada movimiento. Sus manos instintivamente se posaron en la cintura de Valentina, respondiendo al beso con igual fervor.

El mundo alrededor de ellas desapareció. El vestuario, el ruido lejano del entrenamiento, todo se desvaneció. Solo existían ellas dos, enredadas en una vorágine de emociones y deseo. El sabor de los labios de Valentina era todo lo que importaba en ese momento. El beso era salvaje, casi desesperado, como si ambas intentaran expresar todo lo que habían callado durante tanto tiempo.

Los labios de Valentina se movían con una combinación de suavidad y firmeza, explorando cada rincón de la boca de Riley, mientras sus manos se aferraban a su cintura, como si temiera que Riley se desvaneciera. Riley, sintiendo el mismo ardor, dejó que sus dedos se deslizaran por la espalda de Valentina, atrayéndola aún más cerca. Cada segundo intensificaba la conexión entre ellas, una mezcla de sentimientos que habían estado reprimiendo y que ahora fluían con libertad.

El tiempo parecía detenerse, y el vestuario se convirtió en un universo aparte donde solo existían ellas dos. El roce de sus labios, la sincronía de sus movimientos y el calor que emanaba de sus cuerpos eran lo único que importaba. El beso continuó, cada vez más profundo y apasionado, hasta que ambas se quedaron sin aliento.

Finalmente, Valentina se separó, respirando con dificultad, sus ojos aún cerrados. —Me gustan más los tuyos —murmuró, antes de salir rápidamente del vestuario, dejando a Riley completamente atónita y con el corazón latiendo desbocado.

Riley se quedó allí, tratando de recuperar el aliento y de procesar lo que acababa de ocurrir. Sus labios todavía hormigueaban por el contacto, y una mezcla de emociones la invadía: sorpresa, alegría y una nueva comprensión de lo que Valentina realmente significaba para ella.

¡ORTIZ! — grito Riley a su almohada apenas llego a su habitación. 

Ortiz...


HOLAAAAAA

Cap corto, lo se.

Voten para seguir actualizando. 

CHAUUUUUUU

Rivales (Riley x Valentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora