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Diciembre 26

El ambiente en la sala estaba lleno de risas y voces animadas. Las amigas estaban reunidas en el cuarto de Riley, disfrutando de una tarde relajada después de un largo día de clases. Megg, con su característico cabello rojo rizado, se acomodaba en el sofá junto a Lisha, mientras Grace y Bri se acurrucaban en un rincón, intercambiando miradas cómplices.

¡No puedo creer que finalmente ustedes dos sean novias oficialmente! —exclamó Riley, sonriendo ampliamente a Grace y Bri, quienes se tomaron de la mano con una sonrisa tímida.

Sí, ya era hora —respondió Grace, riendo—. Después de todo, llevamos bastante tiempo coqueteando. Supongo que ya era inevitable.

Bri asintió, su rostro se iluminaba de felicidad. —No sé por qué tardamos tanto. Pero ahora que estamos juntas, todo se siente perfecto.

Megg sonrió mientras observaba a la nueva pareja, pero su mente vagaba hacia su propio encuentro reciente con Lisha. Habían pasado la tarde juntas, y aunque no era oficialmente una cita, Megg no podía evitar sentir que algo especial estaba en el aire.

¿Y tú, Megg? —preguntó Riley con una sonrisa traviesa—. ¿Cómo te fue con Lisha?

Megg se sonrojó ligeramente, bajando la mirada por un momento antes de responder. —Fue genial, en realidad. Solo paseamos y hablamos mucho. Es fácil estar con ella, ¿saben? Me hace sentir... tranquila.

Lisha, que estaba sentada a su lado, levantó la vista y sonrió, aparentemente sorprendida por el comentario sincero de Megg. —Me alegra que te sintieras así. Yo también lo disfruté.

¡Eso suena como una cita Megg! —bromeó Grace, riendo mientras Bri la apretaba cariñosamente.

Megg agitó la mano en el aire, como restándole importancia. —Nah, solo fue pasar el rato entre amigas... por ahora.

Las chicas se rieron, y Riley aprovechó la oportunidad para cambiar de tema, aunque con una mueca en su rostro.

Hablando de "por ahora", creo que mi vida está arruinada por el resto del año —dijo Riley, suspirando teatralmente—. Perder esa apuesta contigo Grace fue un error garrafal. Ahora tengo que hacer tus tareas por el resto del año. ¡Qué suerte la mía!

Las amigas soltaron una carcajada al unísono, recordando la apuesta que tuvieron Grace y Riley casi al inicio del nuevo año, apostando sobre sus futuros con las personas que les gustaban. Como se suponía la rubia perdió la apuesta fácilmente y ahora estaba amarrada a hacer tareas, exposiciones, maquetas, etc. Todo eso para Grace por el resto del año escolar. 

Bueno, tú misma lo dijiste —intervino Grace con una sonrisa—. "Apostemos". Debiste pensarlo mejor.

Sí, sí —murmuró Riley, rodando los ojos—. No puedo creer que haya perdido. Pero una apuesta es una apuesta.

El ambiente seguía relajado y alegre, con bromas y comentarios sarcásticos volando de un lado a otro. Parecía que nada podría arruinar el buen ánimo de las chicas, pero de repente, la puerta del cuarto de Riley se abrió de golpe, haciendo que todas se volvieran sorprendidas. Al parecer Riley no cerro bien la puerta. 

Ahí, en el umbral, estaba Josué. Su rostro mostraba una expresión de furia contenida, y sus ojos estaban fijos en Riley. Las risas cesaron instantáneamente, y el ambiente se tensó en un segundo.

¿Andersen? —dijo Josué con un tono grave, su voz goteando ira contenida—. ¿Por qué sigues acercándote a mi novia?

Antes de que Riley pudiera reaccionar, Josué avanzó hacia ella con pasos rápidos y decidió agarrarla fuertemente del brazo. Riley sintió un dolor agudo cuando sus dedos se cerraron alrededor de su brazo, y su primer pensamiento fue el temor de que él pudiera lastimarle el otro brazo, el que ya había estado herido anteriormente.

Rivales (Riley x Valentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora