Rivales (Riley x Valentina)

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Enero 6

El cuarto de Riley estaba repleto de vestidos, zapatos y maquillaje esparcidos por todas partes. Era evidente que las chicas habían estado probándose diferentes conjuntos durante un buen rato. Las luces cálidas del cuarto reflejaban en los espejos, dándole a la habitación un brillo acogedor y suave, perfecto para una noche tan especial.

Riley, con el ceño ligeramente fruncido, estaba parada frente al espejo de cuerpo entero, observando cómo se veía en el vestido que había elegido. Era un vestido en tonos oscuros, casi negro, con detalles en encaje que acentuaban su figura atlética. El escote era discreto pero elegante, y la falda caía suavemente hasta un poco por encima de sus rodillas. Sin embargo, había algo en su expresión que mostraba cierta inseguridad.

No sé si es demasiado... —murmuró, girándose de un lado a otro para examinarse mejor.

Megg, que estaba sentada en la cama con una mezcla de ropa alrededor de ella, la miró con una sonrisa tranquilizadora. Estaba ajustándose un par de aretes que había tomado prestados de su hermana mayor, Andrea, y su vestido, un tono rosado que hacía resaltar su cabello rojo rizado, la hacía parecer una verdadera joya.

Te ves increíble, Riley —dijo Megg, con esa convicción que solo una amiga cercana podía ofrecer—. Valentina no va a poder quitarte los ojos de encima.

Riley sonrió, pero sus ojos aún mostraban una mezcla de emoción y nervios. Se giró para ver a Bri y Grace, quienes estaban a unos pasos de distancia, envueltas en su propio pequeño mundo.

Bri, con un vestido rojo brillante que se amoldaba perfectamente a su figura, estaba frente al espejo, asegurándose de que su cabello estaba en su lugar. Grace, en cambio, lucía un vestido azul cielo, con un corte delicado que destacaba sus rasgos suaves. Sus miradas se encontraron en el reflejo del espejo, y Grace no pudo evitar sonreír mientras observaba a Bri.

Eres impresionante, Bri —dijo Grace, acercándose para tocar suavemente el brazo de Bri—. No puedo esperar a bailar contigo esta noche.

Tú también, Grace. Creo que vamos a ser la pareja más hermosa del baile.— sonrió Bri, dejando que su mirada recorriera la figura de Grace.

Riley y Megg no pudieron evitar compartir una sonrisa al ver la interacción entre Bri y Grace. Era difícil no contagiarse de la calidez y el amor que irradiaban las dos. Sin embargo, Bri, siempre atenta, notó la expresión de Riley y Megg y decidió intervenir.

Ustedes también van a robar miradas esta noche —dijo Bri, girándose para mirar a las dos chicas que aún se preparaban—. Riley, no te preocupes. Ese vestido es perfecto para ti. Y Megg, con ese rosado cálido, Lisha ni siquiera va a saber qué hacer cuando te vea.

Gracias, Bri. Es solo que... siempre es tan difícil saber si estoy eligiendo lo correcto. Quiero verme bien, pero tampoco quiero parecer que estoy esforzándome demasiado— dijo Megg con un leve sonrojo

Te entiendo, pero créeme, te ves increíble. Y si Lisha no se da cuenta, es su pérdida. Además, no estás haciendo esto solo para impresionar, sino porque tú quieres verte bien, y eso es lo que realmente importa.— dijo Grace rodeando a su amiga con sus brazos, dándole un pequeño abrazo

Gracias, chicas. No sé qué haría sin ustedes— Asintió Megg feliz.

Riley, por su parte, aún estaba ajustando los últimos detalles de su atuendo, pero ahora con una renovada confianza. Mientras se giraba una vez más frente al espejo, se permitió una pequeña sonrisa.

Las chicas compartieron un momento de silencio, apreciando la compañía mutua. Pero la tranquilidad no duró mucho, ya que Bri, siempre enérgica, decidió que era hora de animar el ambiente.