Rivales (Riley x Valentina)

#𝟜𝟝

Junio 25 

El sol brillaba intensamente, reflejando su luz dorada en las paredes de la escuela mientras los estudiantes se reunían en los jardines, vestidos con sus togas y birretes. Era un día especial, un día que marcaba el final de una etapa y el comienzo de una nueva aventura. Riley y sus amigas, Bri, Grace y Megg, se encontraban en un rincón apartado, disfrutando del momento que habían esperado durante tanto tiempo.

¡No puedo creer que finalmente lo logramos! —exclamó Bri, con una sonrisa que parecía iluminar todo a su alrededor. Su toga azul ondeaba ligeramente con la brisa, y sus ojos brillaban con emoción.

Sí, todo este esfuerzo ha valido la pena —añadió Grace, ajustándose el birrete mientras miraba a su alrededor, como si quisiera grabar cada detalle en su memoria—. Y ahora... ¡vacaciones!

¡Vacaciones! —repitió Megg, levantando los brazos en el aire, como si quisiera abrazar el cielo. Su cabello rojo y rizado se escapaba en algunos mechones de debajo del birrete, dándole un aire despreocupado que encajaba perfectamente con su entusiasmo—. Estoy tan lista para relajarme y no pensar en nada más que en disfrutar.

Riley sonrió, sintiéndose invadida por una ola de felicidad. Estar rodeada de sus amigas en este momento tan importante le hacía sentir que todo era posible. Sus ojos se encontraron con los de Megg, y ambas compartieron una mirada cómplice.

¿Ya tienen algún plan en mente para las vacaciones? —preguntó Riley, inclinándose hacia adelante, curiosa por saber lo que sus amigas habían estado pensando.

¡Por supuesto! —respondió Grace, casi saltando de la emoción—. Estaba pensando en que podríamos hacer un viaje juntas. Algo así como una última gran aventura antes de que cada una se vaya por su lado a la universidad.

¡Me encanta la idea! —dijo Bri, asintiendo rápidamente—. Podríamos ir a la playa, pasar unos días en una cabaña, o incluso hacer una pequeña gira por la ciudad.

Oye, lo de la cabaña suena genial —intervino Megg, con una sonrisa pícara—. Podríamos desconectarnos del mundo, llevar juegos de mesa, y pasar las noches haciendo fogatas.

Y tal vez algunas caminatas por la montaña durante el día —añadió Riley, visualizando la escena en su mente—. Sería increíble pasar tiempo juntas, lejos de todo, antes de que comience la locura de la universidad.

Eso suena perfecto. No hay nada mejor que estar rodeadas de naturaleza, sin preocupaciones, solo nosotras y el verano— Asintió Grace, claramente entusiasmada con la idea.

Además, será la oportunidad perfecta para relajarnos después de todo el estrés de los exámenes finales —dijo Bri, dejándose caer en el césped con un suspiro de satisfacción—. No puedo esperar para desconectar por completo.

¿Y si también hacemos un road trip antes de llegar a la cabaña? —sugirió Megg, su mente claramente trabajando a toda velocidad—. Podríamos parar en algunos lugares interesantes en el camino, hacer algunas compras, probar comida diferente... ¡Sería épico!

¡Eso suena increíble! —exclamó Riley, su entusiasmo creciendo con cada palabra de Megg—. Un viaje por carretera, risas, música, y después, unos días de tranquilidad en la cabaña. ¿Qué más podríamos pedir?

Nada más —dijo Grace, sonriendo con satisfacción—. Este va a ser el mejor verano de nuestras vidas.

El grupo se quedó en silencio por un momento, cada una imaginando cómo serían esos días que estaban por venir. El aire estaba lleno de una mezcla de nostalgia y anticipación, un sentimiento agridulce que acompaña siempre a los finales y nuevos comienzos.