kion malvado

capitulo 12

Capítulo 12: Engaños del Pasado

La noche envolvía la tierra en una oscuridad profunda mientras Kion continuaba su lucha interna. En su sueño, Scar se materializó ante él, una figura sombría y siniestra que emanaba una aura de malicia. Kion lo miró con mezcla de desprecio y miedo, consciente de la oscuridad que representaba.

"Kion, ¿qué sabes realmente sobre tu pasado?" preguntó Scar con una sonrisa torcida.

Kion frunció el ceño, confundido por la pregunta. "Lo suficiente para saber que eres un traidor y un asesino".

Scar rió maliciosamente. "Oh, Kion, has sido engañado. ¿Crees que realmente eres querido por aquellos que te rodean? Shetani, esa supuesta madre adoptiva tuya, nunca te quiso. Fuiste un mero instrumento en su plan para lograr el poder. Y esa leopardo de la nieve, Chuluun, ¿crees que siente algún afecto real por ti? No eres más que un juguete para satisfacer su propia agenda".

Las palabras de Scar resonaron en la mente de Kion, sembrando la duda y el conflicto. Las imágenes de su pasado comenzaron a distorsionarse y alterarse, como si estuvieran siendo manipuladas por una mano invisible. Vio a Shetani con una mirada fría y desinteresada, y a Chuluun observándolo con un brillo de malicia en sus ojos.

Kion sintió cómo su corazón se llenaba de dolor y traición. ¿Todo lo que había creído sobre su pasado y las personas que lo rodeaban era una mentira? La confusión y la rabia se apoderaron de él mientras luchaba por discernir la verdad en medio de las sombras que lo envolvían.

De repente, Kion se despertó sobresaltado. Abrió los ojos y se encontró en un lugar desconocido. Miró a su alrededor y vio a Nirmala cerca de él, realizando pruebas en su marca. La agresividad que había sentido en su sueño todavía latía en su interior, y la marca en su hombro parecía latir con una intensidad ominosa.

La sangre latía en sus oídos mientras una sensación de ira y confusión lo invadía. Sin pensarlo, se lanzó hacia adelante, liberando un rugido feroz y lleno de rabia. Nirmala saltó hacia atrás, sorprendida por su reacción. Kion se levantó y miró a su alrededor, buscando una salida. Sabía que tenía que escapar, tenía que liberarse de las manos que intentaban estudiar su maldita marca.

Sin perder tiempo, Kion se lanzó hacia la oscuridad de la noche. Corrió con una ferocidad que era casi animal, siguiendo sus instintos y su ira desenfrenada. Sus garras arañaban el suelo mientras avanzaba, su mente nublada por la rabia y el dolor.

La visión de una cebra en la distancia captó su atención. Sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre ella, sus garras y colmillos destrozando la carne con brutalidad. La cebra emitió un grito de agonía antes de caer en silencio, víctima de la furia descontrolada de Kion.

El rugido de Kion resonó en la noche mientras se daba un festín con su presa recién cazada. Sin embargo, su frenesí fue interrumpido cuando sintió la presencia de otros acercándose. Rani y la manada nocturna habían seguido su rastro y ahora estaban allí, observando la escena con horror.

"¡Kion, detente!" exclamó Rani, su voz llena de preocupación.

Pero Kion estaba demasiado lejos en su propia ira para escuchar. Se lanzó hacia Rani con un gruñido feroz, pero la manada nocturna intervino, formando un escudo protector alrededor de su líder. Rani observó con tristeza cómo Kion atacaba a sus amigos, incapaz de reconocerlos debido a la oscuridad que lo consumía.

La batalla era feroz, con Kion enfrentándose a la manada nocturna con una agresividad que nunca habían visto antes. Golpes y rugidos resonaron en la noche mientras luchaban por contenerlo y detener su furia desatada.

Kion estaba decidido a liberar su poder ancestral, a desatar su ataque de rugido de los ancestros y someter a todos a su voluntad. Sus patas se movían en la postura característica, listo para lanzar su poderoso rugido.

Pero en ese momento crítico, Chuluun actuó con rapidez. Se lanzó hacia Kion y cerró su boca con sus dos patas, sofocando el rugido antes de que pudiera desencadenarse. Kion gruñó y luchó por liberarse, pero Chuluun lo mantuvo bajo control con una determinación implacable.

La manada nocturna aprovechó la oportunidad y se movió rápidamente para atar a Kion con lianas, asegurándose de que no pudiera moverse ni liberar su poderoso rugido. Kion luchó con todas sus fuerzas, sus ojos llenos de furia y desesperación.

En medio de la lucha, Kion logró morder a Surak en la pata, haciéndole sangrar. Surak gruñó de dolor, pero el resto de la manada nocturna continuó manteniendo a Kion bajo control, aumentando sus esfuerzos para contenerlo.

Finalmente, lograron someterlo y lo llevaron de regreso al lugar donde habían estado anteriormente. Chuluun se mantuvo cerca, sus ojos fijos en Kion con una mezcla de preocupación y tristeza. La manada nocturna encerró a Kion en un calabozo improvisado, asegurándose de que no pudiera escapar nuevamente.

La noche estaba llena de tensión mientras Kion permanecía prisionero en el calabozo. La oscuridad que lo había consumido parecía haberse desvanecido momentáneamente, dejando atrás un rastro de desesperación y confusión. Mientras Kion luchaba por liberarse de las lianas que lo mantenían atado, su mente estaba llena de imágenes distorsionadas y manipuladas por Scar