La segunda guerra mundial fue escenario de miles de actos inhumanos y mortales. Los judíos luchaban por sobrevivir, mientras que los alemanes luchaban por eliminarlos, no obstante, hubo infinidad de historias; tanto buenas como malas, esta es una de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capitulo 19
Acordes de Sueños y Reencuentros.
En mi mano izquierda escondo una petición, que permanece clavado como un deseo, mientras contemplo un sueño sin fin, en mi mano derecha hay un recuero vacío, recuerdos de un desconocido fin del mundo. Golpeado por una incesante lluvia. La fortaleza para proteger lo más valioso para ti, y la debilidad de ser incapaz de creer en ello. Lo aceptare todo e iré en busca del mañana. VALIENTE RESPLANDOR, al estirar mi mano todavía, permanece la noche, una noche cubierta de heridas.
[.]
La luna real entraba por aquella ventana, de manera sutil, un viento se dejaba sentir, combinándose con un extraño y delicado perfume, en mitad de la noche, una silueta lentamente se fue formando entre los matices de la realidad, su cabello negro comenzó a ondear lentamente, los ojos azules observaban fijamente, en ellos, se podía apreciar el cielo nocturno, impregnados con destellos luminosos en aquellas pupilas: las estrellas del firmamento. Su vestimenta era diferente a las que podrían tener las mujeres de aquel lugar, una simple bata negra bastante transparente dejaba al descubierto, las curvas de aquel delicado cuerpo.
Camino con lentitud, hasta quedar en la orilla de la cama, solo para levantar su delicada mano, dejando que las puntas de sus dedos tocaran las mejillas de quien, en ese momento despertaba.
Una tenue sonrisa se dibujó, cuando ambas miradas se conectaron, el hombre la observó fijamente, era una imagen que desde hace mucho tiempo quería apreciar, tocar, pero, sobre todo, sentir. Sus labios se abrieron solo un poco antes de notar como el dedo índice de la contraria, tocaba sutilmente esa zona.
— ¿Me extrañaste? — se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja.
— ... — asintió solo una vez.
No podía con aquello, era algo irreal, pero el tacto de aquel dedo era único, sentir su calor, aquella fragancia que despedía, ¡¿Cómo olvidarla?!, era algo que desde hace mucho tiempo soñó con poseer.
