❛Prólogo❜

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17 de Enero de 199611:37 amSalón de DCAO, Hogwarts

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17 de Enero de 1996
11:37 am
Salón de DCAO, Hogwarts.



Harry estaba en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras del profesor Snape. Su sexto año en Hogwarts había comenzado en septiembre y ya era enero, y sentía cómo el cansancio devoraba su cuerpo. Sus manos escribían con pesadez, sus ojos se cerraban por segundos solo para abrirse bruscamente, intentando ahuyentar el sueño. En esos momentos, Harry se sentía abrumado; la mayor parte de su vida había caminado al filo de la navaja con la muerte, pero esta vez deseaba desaparecer y huir como cualquier chico de su edad, ser solo Harry, ni siquiera Potter, solo Harry. Pero no podía, ni aunque quisiera. Era Harry Potter, el niño que vivió, el bebé que sobrevivió a una maldita maldición asesina, condenado a una vida que lo asqueaba.

Ese diecisiete de enero del noventa y seis, era un día lluvioso. Podía escuchar el sonido de las gotas de lluvia contra la ventana y los murmullos de Hermione a su lado izquierdo, anotando todo lo que decía el profesor. De reojo, veía a Draco Malfoy y Blaise Zabini cuchicheando y riendo en la fila del medio. Arqueó una ceja, sospechando, pero decidió ignorar a los Slytherin. El profesor Snape se hacía el sordo, lo que hacía hervir la sangre de Harry. El favoritismo de Snape hacia los Slytherin era cada día más irritante.

Demasiado ensimismado en su enojo como para notar que una bola de humo de dirigía hacia él. Pero por un momento, Harry creyó ver una ligera capa de polvo y escuchar risas resonar por el salón, pero decidió ignorarlo para evitar problemas.

Volvió a cerrar los ojos tratando de tranquilizarse,  cuando abruptamente sintió un fuerte mareo que lo obligó a agarrarse bruscamente de la orilla de la mesa, haciendo un ruido sordo que resonó por todo el salón. Todos dejaron de prestar atención a la clase para voltear a ver la mesa de Harry y Hermione, que estaban casi al final de la fila de la derecha, donde se sentaban la mayoría de los Gryffindor.

—¿Harry...? —escuchó el tono preocupado de Hermione, pero permaneció quieto esperando algún comentario de Snape.

—Potter... ¿Se puede saber por qué interrumpió mi clase? —La voz burlona de Severus resonó con un ligero tono de molestia, fijando su mirada en Harry, esperando una respuesta. Mas, el chico no habló por unos segundos, lo que molestó aún más a Snape—. Te pregunté, Potter... 5 puntos menos para Gryffindor por no acatar órdenes. —Se escucharon algunas risas de los Slytherin y quejas de los Gryffindor.

Harry gruñó. Maldita sea, pensó aún con el dolor palpitante en su cabeza. Soltó la orilla de la mesa para subir sus lentes y con la otra mano se frotó los ojos, exhausto. Aún sin abrir los párpados, habló:

—Es solo un mareo.

—Bueno, Potter, ya que no tiene nada, ¿por qué no nos dice de qué estábamos hablando en clase? —Severus entrecerró los ojos con burla.

Me cago-, pensó Harry. No había escuchado nada de lo que decía el profesor, estaba demasiado ocupado pensando en su patética vida. Cerró los ojos nuevamente, tratando de que su cerebro funcionara correctamente, soltó sus gafas y se las colocó en el puente de la nariz, cerrando con fuerza los ojos por el mareo que volvió con intensidad.

❛Tiempo Pasado❜      . . . . . HpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora