Jeon Jungkook, un establecido y reconocido cazador de monstruos es asignado a ayudar a un príncipe gitano a enfrentar y eliminar al Conde Drácula. Es un hombre maldito con un pasado que no recuerda y una misión que constituye su único propósito en l...
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Al otro lado del salón.
—Más rápido, por favor, más rápido, más, más.—pedía al hombre recostado en una especie de silla de madera con cables por debajo, arriba y pedales, este estaba esforzándose por pedalear rápidamente al pedido del joven "monje" para lograr que su creación funcionara. Después de pedalear intensamente, la electricidad golpeó el cuerpo del hombre y el joven monje se detuvo.
—Ya casi lo tenemos.
Jungkook se acercó y observó cuando el joven dejó todo y se aproximó a él vestido de monje, con un gorro y unos enormes anteojos con mucho aumento pegados a este.
—Ah, has venido. ¿Convertiste a Haig o lo mataste?.—preguntó cuando Jungkook bajó los escalones y lo miró indiferente ante la pregunta. Yoongi continuó caminando al percibir la respuesta silenciosa de Jeon.—Mm ¿Lo mataste, verdad? Por eso se han molestado.
Caminaron entre los trabajadores presentes en el lugar.
—Cuando te piden que conviertas a alguien, no quieren decir convertirlo en un cadáver.—prosiguió hablando hasta llegar a su lugar de trabajo. Jungkook permanecía en silencio.—Oh, estás molesto. Ven, tengo algunas cosas que te alegrarán.
Jungkook se acercó a un soporte de espadas y las tocó. Yoongi se burló.
—Cualquier idiota puede hacer una espada.—se dio la vuelta justo cuando una frenó cerca de su rostro y se detuvo al verla aún enrojecida de calor, miró al hombre que la sostenía, ofendido por sus palabras.—Lo siento, padre.
—Ven acá, Yoon.—Jungkook tomó al joven por la ropa y lo sacó de allí.
Yoongi se aproximó a su mesa, tomó una mochila grande y se la pasó a Jungkook.
—Toma esto. Aros de ajos, agua bendita.—le dio una mochila antes de comenzar a colocar ajos, una botella de agua bendita y luego tomó un objeto de plata, pero al presionar un botón de él salió una punta que le mostró a Jeon.—Una estaca de plata. Un crucifijo...
Disparos se escucharon detrás de ellos, ambos voltearon a ver cómo un arma grande disparaba a objetos de madera colocados para probar la puntería.
—¿Por qué no llevo uno de esos?.—preguntó mirando fascinando el arma antes de fijar sus ojos en Yoongi.
—Ah ¿Nunca has salido a cazar vampiros, verdad?.—se alejó de allí y Jungkook lo siguió acomodando la mochila en su hombro.
—Vampiros, gárgolas, hechiceros. Todos son iguales, están mejor cocinados.—dijo en su humilde opinión.
—No, no, no. No todos son iguales. Un vampiro no es como un hechicero.—aseguró rápidamente.—Mi abuela podría vencer a un hechicero.
