SWK?

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Violeta's POV
Día de la gala

Acaba de subir a la academia, ya estaba preparada. El make up y el outfit estaban perfectos. Pero internamente, me encontraba más nerviosa que nunca.

¿Por qué sentía tantos nervios al pensar en el posible beso que se aproximaba? Con cualquier otra amiga no habría sido mas que un simple pico, un simple roce de labios. Pero con Chiara cada vello de mi cuerpo se erizaba al pensarlo, como me había pasado las últimas horas pensando en el ensayo de la noche anterior.

–¡Pero mírala como va de guapa! –Gritó Denna desde la mesa del comedor, haciendo que todos los ojos que se encontraban presentes recayeran en mi. Sonreí con ternura. Pero entre todos, los míos se fijaron en aquellos verdosos, que no dejaban de repasarme con la mirada. Tragué saliva al instante en el que ella subía la mirada a mis ojos y me sonreía.

–Ven, te guardé cena. –Me dijo mientras apuntaba el lugar a lado suyo. ¿Siempre era así de atenta? Pues si. No debería sorprenderme, pero sus acciones habían tomado una sensación diferente en mi cabeza.

–Gracias, Kiki. –Me acerqué a sentarme y dejé un suave beso en su frente.

–Estás deslumbrante. –Dijo y siguió comiendo como si nada. Pero dejándome a mi sin palabras. Ahí estaba aquella diferencia de nuevo, porque, si Denna me dijera algo así, yo no me quedaría muda, sino que agradecería el cumplido. ¿Por qué tenía que ser así?

Me quedé un rato en silencio con una sonrisa que amenazaba con salir.

–Tú también estás deslumbrante.

La cena pasó sin más, pero mis nervios seguían presentes ya que habíamos quedado en ensayar después de cenar. Y yo hacía todo lo posible por comerme las últimas patatas del plato lo más lento que pudiera, para ganar un poco de tiempo.

–¿Te ayudo? –Chiara me miraba divertida.

–Amor, si ya te llenaste déjalas. Que te veo comiendo centímetro por centímetro. –Añadió Denna.

–Es que están buenas, que es diferente. Así que quiero disfrutarlas mucho. –La rubia rodó los ojos y se sacó la última que quedaba, sin esperar a que yo reaccionara. –¡Denna! –Grité y las dos comenzaron a reírse de mi. Ahora era yo la que rodaba los ojos.

Chiara se levantó todavía con la risa contenida y comenzó a acomodar los platos para finalmente dejarlos en el fregadero.

–Vivi, let's go? –Suspiré sin darme la vuelta para verla y puse mi mejor cara, para nada nerviosa.

Let's go...

Nos dirigimos a la sala de ensayos ante la atenta mirada de Denna. Podía sentir sus ojos quemando mi espalda, ella misma se había dado cuenta de todo, estaba segura. Porque podía mentirle a todos, pero la rubia siempre terminaba dando con la verdad antes de que yo misma pudiera verla.

Comenzamos con el ensayo y mis nervios alcanzaron su tope máximo al terminar la canción como la noche anterior. Nuestros cuerpos juntos, nuestros rostros a centímetros, nuestros ojos analizando cada parte de la otra.

Venía el momento, debía hacer la pregunta.

Should we kiss...? –Dije en un susurro.

Parecía que ella se había quedado en blanco, abría y cerraba la boca sin emitir un sonido. Pero con una sonrisa nerviosa en el rostro, lo que me dijo que quizás no era la única que estaba nerviosa dentro de esas cuatro paredes.

–A lo mejor... con aplausos y tal... –Su voz temblaba levemente. Capaz nadie se daría cuenta, pero yo conocía suficiente aquel sonido para saber que su pecho vibraba casi como el mío. Y después de nuestras miradas nerviosas, vino una pregunta que me dejó de piedra. –¿Deberíamos... practicarlo? Para que se vea natural y eso...

Ahora era yo la que abría y cerraba la boca sin emitir ningún sonido. Me reí por los nervios, no pude evitarlo, pero asentí con la cabeza.

–Si, si. Practiquemos una vez más y lo plantamos al final. –Hablé aparentando seguridad. Como casi siempre hacía cuando algo me ponía nerviosa.

Y muy en el fondo, me sentía culpable por tener curiosidad por esos labios, de los cuales conocía su aliento y forma, porque los había repasado tantas veces y habían estado tan cerca de los míos que ya conocía su aroma, pero estaba loca por conocer su sabor.

En realidad lo que me daba pesadez de consciencia no era el beso. Porque yo misma había hablado con mi novia sobre que se podía dar una situación similar y ella había estado de acuerdo. También nos habíamos dado pequeños picos con algunas amigas y ninguna de las dos tenía quejas porque sabíamos lo que eran; sólo otra muestra de afecto en la amistad. Pero claro que era diferente con Chiara... como no iba a serlo. Si estaba nerviosa, si estaba deseosa de sus labios, si sentía algo en el vientre al pensarlo. Y era exactamente eso lo que me generaba aquella pesadez.

–¿Lista? –La morena me sacó de mis pensamientos, y asentí.

Volvimos a ensayar como la anterior vez. Últimamente nuestros ensayos desbordaban calor. Y no terminaba de acostumbrarme a esa Chiara que me tomaba de la cintura y me cantaba a centímetros de la cara. Joder.

Volvimos a terminar a centímetros de nuestros labios, pero esta vez las dos nos fundimos en un pequeño beso, que duró seguramente menos de dos segundos, pero que me dejó deseosa de más. Sentí una corriente de electricidad en el vientre, y como un escalofrío recorría mi columna vertebral. Y cuando nos separamos, el verde de sus ojos estaba casi extinto por las pupilas dilatadas. Aquellas dos esferas parecían dos grandes planetas, que habrían podido succionar mi alma sin problema.

Parecían horas lo que me había quedado absorta en esas dos pupilas. Sintiendo la ausencia de su boca contra la mía, sintiendo que necesitaba el calor de sus mejillas. Experimentando el éxtasis de un beso actuado, pero que se sentía más real de lo que había sentido en los últimos años. Sentía que quemaba, y yo quería arder si era en sus brazos.

Sus labios estaban húmedos y todavía podía sentir cierto rastro de su saliva en mi boca. Me relamí instintivamente, y ella igualmente lo hizo.

–¿Cómoda? –Me preguntó. Carraspeé.

–Perfecta ¿tu?

–Diez de diez.

Las dos nos sonreímos sin saber que decir. Yo seguía pensando en sus labios, y ella seguramente pensaba en los míos, me lo demostraba su mirada.

–¿Vamos? Ya nos están llamando. –Me tendió la mano y la cogí sin titubear.

Sin saber que esa noche era el inicio de algo mucho más grande. Un antes y un después en la historia. Sin saber que la bomba ya había explotado, en aquel momento en que nuestros labios chocaron.

¿Should we kiss? | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora