first night

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Era la primera vez que entraba a la academia, a Chiara le invadía un sentimiento extraño, como de serenidad pero de euforia al mismo tiempo, como si todo aquello que les estaba enseñando Noemí fuera conocido pero también completamente extraño a sus ojos. La academia no se sentía como estar en casa, definitivamente, y a ella le parecía hasta algo fría y sin vida. Pero le emocionaba tanto pensar en que lo había logrado, y probablemente su familia la estuviera viendo en ese momento, así que se dispuso a apreciar la oportunidad que la vida le había dado, y la iba a aprovechar al máximo.

Casi no lo podía creer, el estar ahí, parada, a lado de las personas que serían sus compañeros por varias semanas. Sentía que estaba en una piel diferente a la suya, que en cualquier momento se iba a despertar de aquel sueño, que si hacía algún movimiento brusco podía alterar la realidad. Así que estuvo en silencio en todo el transcurso hasta llegar a las habitaciones, con una pequeña sonrisa que transmitía ilusión y serenidad a cualquiera que la mirase.

La gala 0 había sido una explosión de emociones y sentimientos. Los nervios de la primera vez, la valoración del jurado, la valoración de los profesores, la decisión del público, el tratar de dar lo mejor de sí misma, de cantar como nunca había cantado, de demostrar todo lo que era capaz. El momento en el que supo que lo había logrado y pasó la pasarela corriendo a reencontrarse con sus compañeros. Los abrazos, las risas a medias, las lágrimas, el shock.

Había pasado tanto en tan poco tiempo, que necesitaba tiempo para poder asimilarlo, y así se propuso a hacerlo. Subió a una de las literas de arriba, y segundos después, Salma se instaló en la litera de abajo. Chiara se acostó boca arriba, con las manos en el estómago y la mirada perdida en el techo, su respiración seguía algo agitada, como lo había estado toda la noche.

A su alrededor, todos hablaban y se hacían chistes. Estaban igual de emocionados, pero no tan shockeados como lo estaba Chiara. Siempre le costaba procesar emociones tan fuertes como las que había vivido esa noche, y necesitaba autoregularse.

La pelinegra siguió en la misma posición por unos quince minutos hasta que su respiración se tranquilizó, y la invadió una calma enorme cuando el ruido de sus compañeros comenzó a cesar.

Sintió como su litera se movía y al poco tiempo una mano le apretó el brazo. Era Violeta.

–¿Estás bien?

Chiara sonrió en respuesta y asintió, pero la expresión de Violeta le decía que estaba esperando a que le diera algunas palabras.

–Amazing, estoy genial. Solo estoy tratando de procesar un poco de lo que ha pasado esta noche. ¿No te parece demasiado shock que estemos aquí? las dos... todos... es impresionante.

La sonrisa de Chiara era enorme, sentía que en cualquier momento el corazón le iba a explotar de felicidad. Y para Violeta fue imposible no darse cuenta de la ilusión que desprendían los ojos verdes de la pelinegra. Violeta la comparó mentalmente con un cachorrito, y su corazón se derritió por tanta ternura.

–Entiendo... para mí ha sido igual de shockeante. Esto es un sueño... y me alegra vivirlo a lado de todos ustedes.

La mano de Violeta que hacía minutos estaba en su brazo, ahora estaba en su mano. Y Chiara seguía con la misma sonrisa que tenía desde que comenzó a hablar.

–Muchas gracias, Violeta.

–¿Por qué me das las gracias, amor?

–Por ese día que nos conocimos y me diste ánimos porque estaba nerviosa. Se me olvidó darte las gracias cuando volvimos a hablar, pero quiero darte las gracias ahora.

Violeta respondió a aquel gesto con una sonrisa. Ya habían interactuado varias veces después de aquella conversación, incluso durmieron en la misma habitación de hotel con Denna y Salma, pero sus conversaciones eran algo más superficiales, y siempre estaban con gente alrededor, entonces había sido difícil tratar de profundizar más. Es por eso que aquella charla era diferente al resto que habían tenido. Porque al final, aunque no eran muy cercanas, compartían el mismo sentimiento de ilusión y de felicidad. Y las dos se lo compartían a la otra, mutuamente.

¿Should we kiss? | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora