the beginning

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–Y para Kiki... y Violeta– Noemí comenzó a hablar e inmediatamente el corazón de las dos dio un vuelco al asimilar que iban a tener un dúo juntas, y las sonrisas se instauraron en sus rostros casi por inercia. – dos mil ocho, Katy Perry, I kissed a girl.

Y si antes sus corazones habían dado un vuelco, ahora se encontraban a dos segundos del paro cardíaco. Y lo único que atinaron a hacer fue gritar como locas mientras se levantaban a recoger los libretos y se abrazaban con emoción. Y todos los demás las observaban con una sonrisa. Porque aquella apreciación tan grande que se tenían mutuamente era imposible de no contagiar.

La tarde pasó volando entre risas y conversaciones sobre el "temazo" que les había tocado a las dos, y sobre lo emocionadas que estaban de hacerlo juntas. Porque para Chiara aquella canción era casi como un himno, era su adolescencia, el comienzo de sus preguntas. Un grito de orgullo; no precisamente por la letra, sino por lo que significaba besar a una chica, por lo que significaba cantar que besaste a una chica sin ningún tapujo en la boca. Y para Violeta el sentimiento era parecido, era una oportunidad de mostrar parte de lo que era, de dejar una huella.

–¿Cómo te diste cuenta de que te gustaban las chicas?– Preguntó Violeta. Chiara estaba con la cabeza acostada encima de sus piernas en el sofá del living. Denna, Paul, Martin, Juanjo y Ruslana se encontraban acostados en los espacios sobrantes.

–Cause I kissed a girl and I liked it...– Chiara tenía los ojos cerrados mientras Violeta acariciaba su rostro con los dedos, dando un paseo entre su frente y la punta de su nariz. Haciendo que la menorquina se relajara inmediatamente.

–¿Really?

–Really.

–¿Quieres contarme?

–Pues fue muy fácil. A eso de los trece años me pasaba lo que le pasa a todo el mundo a esa edad, estaba curiosa por la vida. Un día mi mejor amiga me invitó a su casa con otros compañeros más. Apagamos las luces de su casa, pusimos luces de navidad por todos lados y compramos jugo de manzana – Chiara por fin había abierto los ojos. Tenía una sonrisa burlona en el rostro, por su propia historia. Porque no le daba pena contar aquellas cosas, al fin y al cabo, eran cosas que habían pasado cuando ella recién estaba entrando a la adolescencia. –Y pues nada, éramos cuatro chicas y dos chicos. Y como siempre hay algún que otro nene más pícaro que otro, terminamos jugando a la botella.

–me suena a algo...– dijo Juanjo con una sonrisa, mientras miraba a Martin. Haciendo alusión a la primera noche en la academia. Al parecer todos estaban atentos a la narración de la pelinegra.

–Que recuerdos...– Está vez fue Ruslana la que habló, mientras miraba a Chiara. Y la menorquina se sonrojó por el rumbo que había tomado la conversación.

–Y bueno, dejen de recordar sus épocas doradas y dejen que Chiara siga contando– dijo Violeta, notando el sonrojo en las mejillas de su amiga.

–Yo estaba más bien...como emocionada. Todas mis amigas ya habían besado a un chico y decían que había sido la mejor experiencia de sus vidas– Chiara soltó una risa burlona nuevamente. – Y para mi se sintió como la peor experiencia de mi vida. Entonces ese momento más bien fue como "I kissed a boy and I didn't like it". Y luego unos meses después ya besé a una chica and yes, I liked it. Obviamente luego tuve muchos momentos en los que logré experimentar y reafirmar lo que sentía, pero en resumen ahí empezó todo.

Violeta sonrió por la forma tan despreocupada en que la menorquina hablaba. Tenía una forma muy suya de comunicar las cosas, quitándole todo el peso que podrían tener en otro contexto, y le gustaba pensar que ella misma podría contarle hasta el último pensamiento de su mente, y todo seguiría igual que siempre.

¿Should we kiss? | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora