balas pt.2

1K 57 5
                                    

Chiara y Violeta fueron las últimas en pasar a las pequeñas sillas que se encontraban delante de todos, como una debida entrevista. Y aunque en el orden definido ellas eran una de las primeras en pasar, Chiara se vio en la obligación de decir repetidas veces que no, cuando se dio cuenta de que estaba nerviosa a tal punto de que le temblaban un poco las manos. Casi nadie se había percatado de esto, pero sus nervios no pasaban desapercibidos para Martin, Ruslana o... Violeta. La pelirroja decidió no darle demasiada importancia a esto, ya que sabía que actuar no era uno de los fuertes de su amiga; pero no pensó que le afectara a tal punto de ponerla tan nerviosa.

Para sus otros dos amigos, las razones de sus nervios tampoco eran claras, pero definitivamente tenían otro enfoque. La menorquina no estaba nerviosa por interpretar, sino por la situación que estaba a punto de interpretar, y con quien lo estaba haciendo.

–Empecemos, chicas. –Abril tomó la palabra y se sentó junto a sus otros compañeros. –¿Qué tipo de relación tienen?

Las dos se miraron y soltaron una leve risa, la de la menorquina notablemente más nerviosa.

–Somos amigas... –Comenzó a hablar la pelirroja. –O algo así.

–¿Hace cuánto tiempo son amigas?. –Los ojos de la profesora eran interrogantes. Entre la complicidad y la risa.

–Desde que somos niñas, nuestros padres son amigos desde siempre, entonces nos conocemos desde que tenemos uso de razón. –Volvió a responder la granadina.

–Y cuéntame tú, Chiara. ¿Por qué son amigas... "o algo así"?

La menorquina se revolvió en su asiento, intentando parecer serena.

–Pues... se podría decir que nuestra relación ha cambiado un poco en los últimos meses. –Abril seguía mirándola expectante, esperando que la pelinegra llenara el silencio. –Violeta me gusta.

Se hizo una bulla en el público, llenando a todos de sonrisas.

–¿Sólo a ti te gusta?

Chiara miró a Violeta, para buscar la respuesta en su rostro.

–No. Nos gustamos. A mi también me gusta. –La pelirroja sonrió a su amiga luego de responder la pregunta.

–Me da intriga porque las dos lo aceptan fácilmente, eso quiere decir que ya hablaron del tema. ¿Cómo se dieron cuenta de que se gustaban?. –Abril preguntó nuevamente.

–Pues creo que es algo de lo que es difícil darse cuenta. En mi caso, simplemente un día mi cabeza hizo click cuando estábamos yendo a dormirnos juntas luego de una noche de fiesta cualquiera y yo no podía controlar mis pensamientos. –Una sonrisa genuina apareció en la cara de la manorquina. –Esa noche nos besamos. –Chiara miró a su amiga, en señal de que siga la historia. Y Violeta se quedó perpleja por unos segundos. No por lo que acababa de escuchar, sino por el cambio radical en el comportamiento de su amiga, la rapidez con la que había pasado del titubeo a la seguridad inmediata.

–Yo me di cuenta mucho antes... un día en el que estábamos bailando con otras amigas. Y yo no podía dejar de buscar su contacto físico. El beso de esa noche creo que solo me quitó las dudas sobre lo que estaba pasando en mi cabeza... –Las dos se miraron y volvieron a sonreírse. Se veía la complicidad en su mirada.

–¿Y no han pensado en oficializar nada?.

–Aunque no parezca, esto que te estamos contando es reciente. Pero lo importante es que hemos hablado de ello y no nos da miedo aceptar las cosas. Creo que ninguna se cierra a ninguna posibilidad todavía... así que eso es algo que estamos viendo. Pero de momento nos estamos permitiendo sentir todo lo que no nos permitimos por un tiempo. –Fue la pelirroja la que volvió a responder.

¿Should we kiss? | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora