YESTERDAY

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Londres, Septiembre de 2000.

Tras algunas turbulencias, el avión tomó tierra con puntualidad inglesa en Heathrow. Cloe sacó la mochila de debajo del asiento y la colgó de sus hombros, abrió el porta equipajes y sacó su neceser, esperando pacientemente a que la puerta del avión se abriera. Alex cogió su mochila y la posó en el pasillo del avión, después se sentó resignado a esperar que todas las personas de las filas que tenía por delante saliesen del avión. No valía la pena ponerse nervioso. Iba para largo.

Cloe salió y recorrió los largos pasillos del aeropuerto hasta la cinta donde tendría que recoger el equipaje. Mientras la cinta permanecía inmóvil sacó una botella de agua de la máquina y entró al baño. Encendió el móvil y envió un SMS a su madre para decirle que había llegado bien. Entonces la cinta comenzó a moverse y Cloe cruzó los dedos para que la maleta apareciera sobre ella.

Alex fue directo a la salida y cogió un taxi en la puerta, le indicó al taxista la dirección en un inglés fluido y perfecto.

—Hola, al International Hall, en Brunswick Square.

El taxista asintió y arrancó el coche. Alex se quedó mirando por la ventanilla viendo el paisaje pasar ante sus ojos curiosos. Casas adosadas de clase obrera, polígonos industriales y extensos parques verdes. Conforme el taxi se iba acercando a la City las casas se transformaron en viviendas aparentemente de gente más adinerada. Una vez que llegaron al destino, el taxista aparcó en segunda fila y sacó la mochila del maletero. Alex sacó unos billetes del bolsillo y pagó, dejándole una jugosa propina. Su padre le había dado en el aeropuerto bastantes libras en efectivo por si le eran necesarias al llegar.

Finalmente la maleta de Cloe salió de la cinta. Posó el neceser sobre ella y caminó hacia la salida. Inicialmente dudó sobre si coger un taxi o ir en metro, pero estudiando cuidadosamente el plano vio que la residencia universitaria en la que se alojaría hasta encontrar un apartamento, estaba en la misma línea que el aeropuerto, por lo que decidió ir en metro y ahorrar así unas libras para otros menesteres.

Alex entró en la International Hall, iba a ser su hogar durante al menos dos semanas, hasta que encontrara un alojamiento definitivo. La Universidad de Cantabria pactaba ese período para dar margen a los estudiantes para encontrar un sitio digno donde vivir, cosa que en Londres era bastante complicado. Dejó la mochila en el suelo al lado del mostrador de la residencia y le preguntó al que parecía un conserje donde debería dirigirse.

—Hola. Buenas tardes, mi nombre es Alex Solórzano, soy estudiante Erasmus, acabo de llegar.

—Hola —le respondió amablemente el conserje —Tenemos varias llegadas hoy. Déjame tu pasaporte.

Alex abrió el bolsillo de la mochila y extrajo el documento, entregándoselo en mano al conserje junto con la carta de la Universidad.

—Me llamo Paul, para lo que necesites —se presentó el conserje mientras buscaba en su ordenador.

Alex le estrechó la mano amigablemente. Paul era un hombre de mediana edad, con pelo canoso y barba. De entrada parecía entrañable y era extremadamente educado. Sus ojos azules resaltaban sobre su rostro. El hombre se giró sobre una mesa y cogió un sobre.

—Toma —le dijo a Alex—Dentro de este sobre tienes un plano de la residencia, la llave y el carnet de estudiante para que mañana puedas presentarlo en la secretaría de tu facultad. La residencia es muy grande. Tu estás en el ala Norte, es la más antigua, no obstante ha tenido varias remodelaciones. Tienes que ir hasta el fondo del pasillo, cruzar el patio y a la derecha verás el pasillo de tu dormitorio. En las puertas de las habitaciones tienes los números en unas placas. La tuya es la 201. La puerta principal está abierta las 24 horas, pero no se puede hacer ruido desde las 10 de la noche hasta las 7 de la mañana.

Alex agradeció las indicaciones y las siguió a rajatabla para no perderse. Cuando llegó a la puerta de la habitación, metió la llave en la cerradura y entró. Dejó la mochila a un lado y se quedó de pie observando el espacio. Era acogedor y funcional. Parecía bastante bien organizado, cada elemento parecía haber sido cuidadosamente colocado para maximizar el espacio disponible, que no era mucho y crear un entorno de estudio óptimo. La cama es enana —pensó Alex, que en su casa tenía una cama de 150 x 200 cm en su habitación. Sobre la cama había dos almohadas con una pinta espantosa y una manta adicional para las noches más frescas. Frente a una amplia ventana había un escritorio de madera clara con suficiente espacio para colocar el ordenador, libros y demás material. Al lado de la mesa había una estantería empotrada para colocar libros y objetos personales. En una esquina había un armario de tamaño mediano con suficiente espacio para colocar ropa y zapatos.

¿No hay baño? —se preguntó Alex mientras buscaba alguna puerta que lo ocultara. Pues no, las habitaciones eran individuales pero los baños eran compartidos. Llegó a esta conclusión tras abrir el sobre y leer detenidamente el librito de bienvenida que le había entregado Paul junto con las demás cosas. En 10 minutos Alex había colocado la ropa y deportivas en el armario y su ordenador y algún libro sobre la mesa. En el librito de bienvenida ponía que había un comedor donde se servía desayuno y cena de lunes a viernes. Genial —pensó Alex— Hoy domingo, nada que rascar. Cogió la cartera y salió a la calle en busca de algún supermercado para comprar alguna cosa para la cena e inspeccionar la zona. Cuando pasó por la recepción, Paul estaba entregándole la documentación y llaves a Cloe, que se dirigió hacia el ala oeste siguiendo las mismas indicaciones que Paul le había dado a Alex. Tras un buen rato colocando sus cosas, cogió la toalla que había en el armario y fue a darse una ducha. Iba pensando en lo pequeño que era el armario y en lo incomodo que era no tener baño dentro de la habitación, pero decidió encararlo como un problema transitorio ya que no pensaba quedarse allí demasiado tiempo.

Tras la ducha, bajó a la conserjería. En el hall de entrada había un panel y cogió algunos números de teléfono de anuncios de pisos en alquiler a los que intentaría llamar al día siguiente. Además había pensado coger un móvil allí, para no arruinarse. Después dio un paseo por la zona y compró algo de pan y jamón york para hacerse un bocadillo para cenar.

Alex volvió a la habitación cenado, finalmente se había comido una hamburguesa y leía concentrado un libro mientras ignoraba los infinitos mensajes que Diana le seguía enviando. Había hablado con su padre a cobro revertido y también con su madre. Sus padres llevaban divorciados más de 15 años. De momento tenía buenas sensaciones, entendía el inglés, aún no echaba de menos a nadie y se encontraba bien.

Mañana será un día duro —se dijo a si mismo. Y era verdad, tendría que hacer muchos trámites, ver los horarios de clase e intentar buscar piso para no tener que permanecer demasiado tiempo en ese cuchitril sin baño.

Cloe llevaba el pijama y estaba tumbada en la cama con aire pensativo. Ya echaba de menos a su madre y a su hermano Dani. Además tenía muchas ganas de hablar con Mikel y Lucia, pero se había contentado con mandar un SMS a cada uno. Y luego estaba Oliver, de vez en cuando seguía echándole de menos. Muchas veces. Demasiadas veces. Tenía que hacer algo con eso, porque no estaba dispuesta a que le amargara el Erasmus. ¿Pero como te sacas a alguien de la cabeza cuando te ha dejado sin previo aviso y sin esperarlo? —Con otro alguien —solía decirle Mikel. Esperaba conocer gente en Londres, le daba igual si eran chicos o solo amigos, pero necesitaba mantenerse distraída para no pensar en Oliver. De repente oyó como alguien tocaba la guitarra y cantaba, se oía lejos probablemente porque la ventana estaba cerrada. Se acercó y la abrió. Un chico pelirrojo y uno rubio, ambos con dos guitarras cantaban "Yesterday", la famosa canción de los Beatles. No pudo evitar quedarse escuchando el improvisado concierto y notar como una ola de nostalgia la invadía. —Mañana será un día duro —pensó mientras volvía a la cama para intentar dormir.

DESTINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora