Londres, finales de Octubre de 2000.
Alex y Cloe estaban parados frente al edificio donde estaba el apartamento que iba a ser su nuevo hogar. Se trataba de un edificio de ladrillo desgastado cubierto por enredaderas. Tenía una escalinata que conducía a una puerta pintada de un verde brillante. Ambos se encontraban frente a la escalera con sus maletas y mochilas. Afortunadamente aún no les había dado tiempo a acumular demasiadas cosas y eso facilitaba con creces la mudanza. Jenny no se había enfadado en absoluto. De hecho, se alegraba mucho por Cloe, aunque si que sintió pena porque había conectado con ella, y aunque Cloe le había prometido que seguirían en contacto, Jenny sabía que no era igual que vivir juntas. Aston y Henry si que se mostraron efusivos ante la noticia y había sido gracias a ellos y unos conocidos suyos, que habían conseguido alquilar el apartamento. Era un sitio muy pequeño, un tercero sin ascensor, solo tenía una habitación, pero estaba decorado con mucho gusto. El dueño era un amigo de Aston y Henry que estaba trabajando en España y hasta le vino bien alquilar el apartamento en su ausencia para tener una ayuda económica.
Alex sacó las llaves del bolsillo y abrió la puerta. Hicieron un par de viajes por la angosta escalera hasta que tuvieron todas sus cosas arriba. Entonces Alex cerró la puerta y se acercó a Cloe para darle un beso.
El pequeño apartamento estaba en la zona de Regent's Park y era exactamente lo que estaban buscando, pero con bastantes menos metros cuadrados de lo que les gustaría. Estaban sonrientes y felices porque sabían que ese momento representaba el inicio de una nueva aventura juntos.
El apartamento tenía un aspecto acogedor y antiguo que a los dos les había encantado desde que habían cruzado el umbral de la puerta, el día que lo visitaron. Era muy pequeño, apenas tenía una habitación, pero estaba lleno de una energía especial difícil de describir. Al entrar, el suelo de madera crujía suavemente al caminar, revelando los muchos años de historia que tenía el lugar, pero eso solo le confería personalidad. Lo primero que se veía al entrar era el salón. Las paredes estaban pintadas en un tono blanco cálido. La estancia era muy luminosa gracias a la luz natural que entraba por las dos ventanas del salón, desde donde se podía ver parte de los árboles de Regent's Park. Había un sofá grande gris en el centro, cubierto con unas mantas de lana y una mesita baja de madera lacada en blanco sobre la que descansaban libros de moda.
La cocina era muy pequeña y funcional, se encontraba al lado del salón, separada solo por una barra estrecha de madera que hacía de mesa improvisada. Los electrodomésticos eran viejos pero en buen estado, y la encimera era de mármol blanco con vetas grises. Cloe ya estaba emocionada pensando en las cenas improvisadas y las mañanas de café y pan recién tostado.
—Es perfecto —dijo Cloe, sonriendo mientras dejaba una mochila en el suelo y miraba a su alrededor sin perderse ningún detalle.
Alex se detuvo un momento para observarla. La ilusión en su rostro era contagiosa y de alguna manera hizo que todas las preocupaciones sobre el espacio reducido o la falta de muebles desaparecieran. Lo único que importaba era que estaban allí, juntos.
—Sí, lo es —respondió, acercándose para abrazarla por detrás, rodeándola por la cintura.
Cloe se apoyó en él, suspirando feliz. Ambos miraban el apartamento, ese pequeño rincón del mundo que ahora era suyo. Habían pasado una semana buscando, viendo lugares que eran demasiado caros, demasiado oscuros o demasiado fríos. Pero cuando Aston les habló de su amigo y de su apartamento, ambos supieron al instante que ese sería su nuevo hogar, incluso antes de visitarlo. Regent's Park estaba a la vuelta de la esquina, lo que a Alex le pareció estupendo para salir a correr por las mañanas.
El dormitorio estaba situado al fondo del pasillo. Apenas cabía una cama grande y un armario. Un armario, demasiado pequeño para Cloe, cuanto más para compartirlo con Alex. La ventana daba a un patio interior donde las plantas trepaban por las paredes, creando una pequeña jungla urbana. Aunque el espacio era reducido, Cloe ya había planeado cómo decorarlo. Alex había traído sus escasas pertenencias y una pequeña lámpara de lectura, lo esencial para él. No necesitaba más.
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DESTINOS CRUZADOS
Roman d'amourAlex y Cloe, dos estudiantes de medicina, llegan a Londres para cursar un año de Erasmus, cada uno con sus propios sueños y expectativas. Ambos se conocen en una clase teórica de Cirugía. Desde el primer momento, sienten una conexión especial que va...