Bill, Tom y Georg son los alfas más deseados de todo Berlín. Hijos de buenas familias, guapos y jóvenes, se la pasan viviendo la vida a mil, entre fiestas, alcohol, drogas y omegas. Todo iba de maravilla hasta que una noche en una de sus tipicas fie...
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Pov Bill
De camino a casa pasé por el salón de belleza para hacerme un nuevo cambio de look, ya me había aburrido de las rastas y el cabello largo así que, decidí llevarlo corto nuevamente con algo de volumen.
Cuando llegué a casa conteste los mensajes de Tom y Georg diciéndoles que ya me encontraba en mi apartamento, que estaba bien y que nos veríamos mañana en la universidad, mientras tanto luego haber leído un poco sobre los lazos de destino que suceden entre alfas y omegas, saqué una cita con la doctora que me atendió aquella vez en la clínica, definitivamente tenía que existir alguna posibilidad de que dos personas se pudieran unir para toda la vida sin importar el estúpido vínculo.
Un par de horas más tarde llegué a la clínica la cual estaba repleta de omegas y alfas, algunos en parejas y otros solos para realizarse sus chequeos médicos, de alguna manera no pude evitar sentir una punzada en mi corazón al recordar que la primera vez que estuve aquí, yo era uno de esos omegas acompañados por sus alfas.
Para mi suerte no tuve tiempo de darle rienda suelta a mis pensamientos pues la doctora me llamó enseguida a su consultorio. Tomé asiento en silla frente a su mesa y descansé mis codos sobre la misma. Miré durante unos segundos a la doctora hasta que ella habló.
--Bien Bill, cuéntame como has estado este tiempo -- me dedicó una dulce sonrisa.
--Bien, mi cuerpo se encuentra estable aunque ha sido un poco difícil adaptarme a ciertos cambios como la reacción de mi cuerpo ante las feromonas.
--Oh, eso es normal cariño pero imagino que debe costarme mucho a nivel mental por el cambio abrupto que tuviste.
--Si... Eh, la razón de la cita es porque . . . quería consultarle algo importante para mi -- bajé mis brazos de la mesa.
La doctora me miró de forma afirmativa para que siguiera con mi pregunta.
--Recuerda que me había dicho no podría tener una pareja destinada -- asintió -- estaba pensando que ...
Su mirada era seria y fija en mis ojos, escuchando atentamente lo que tuviera que decir, por un momento mi corazón se llenó de nerviosismo y vergüenza.
--Si los alfas puedan marcar a un omega y forzar un lazo sin que sean destinados, ¿ no hay posibilidad de que un omega haga lo mismo con alfa ?
No dijo nada durante los segundos más largos de toda mi vida, entonces se acomodó en su silla y asintió.
--Sí, si hay forma de que un omega marque a un alfa y sea este el que forme el vínculo con el omega sin necesidad de que el omega lo forme también.
Lo sabía! sabía que debía haber una forma de burlar al estúpido destino de pareja.
--¿Y cómo se hace? ¿por qué no hay información de eso en los libros? -- pregunté eufórico.
--Bill, por si no te has dado cuenta nuestra vida se rige por una estructura social donde los alfas controlan todo. La política, la economía, la ciencia, hablar sobre algo que los haga ver tan vulnerables como un lazo unánime, es impensable.
