Capítulo 12

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Pov Bill 

Tenía mi cabeza entre mis piernas mientras intentaba regular mi respiración agitada, de vez en cuando sentía la mano de Marc en mi espalda moviéndola en círculos para que me tranquilizara, le había pedido que me lleve a casa de mi madre y que por favor no preguntara las razones de mi estado anímico. 

--Bien, llegamos 

Alcé mi mirada y me dispuse a desatar el cinturón de seguridad para poder bajarme pero cuando agradecí a Marc este me agarró del brazo impidiendo que me fuera. 

--Me debes un cita --sonrió --El viernes a las 10pm.

Yo asentí y posterior a eso me soltó y pude entrar a la casa de mi madre. 

La busqué en living, en su habitación y finalmente en el laboratorio pero no estaba en ninguno de esos lugares. Me metí en su cama y me hice un ovalo bajo las cobijas mientras mi mente pasaba las imágenes de Tom y Georg con esos omegas una y otra y otra vez, lloré mucho como si fuera un niño pequeño escondido en la oscuridad de su habitación. 

Estaba tan inmerso en mis emociones que ni siquiera me di cuenta cuando mi madre entro a la habitación.

--Billy -- su voz suave se desvaneció en medio de mi llanto -- Amor ¿ qué ha pasado?

Sentí su mano posarse de forma liviana en mi espalda, la calidez de su tacto traspasó el grueso cobertor con el que me cubría del mundo exterior. No fue mucho el tiempo en el que salí de mi escondite y me lancé a sus brazos a llorar cual niño pequeño. 

Mi madre me acunó en sus brazos y me arrulló durante la hora y media que estuve llorando sin parar, acariciando mi cabello y espalda con un amor extremadamente tranquilizador. Cuando sentí que la garganta me palpitaba de dolor y mi cara estaba más que hinchada y roja que un tomate, solo entonces mis lágrimas cesaron y un ligero hipo se formo en mi pecho por todo aquel llanto. 

--¿Quieres contarme lo que ha pasado? --su voz se mantenía suave mientras la mía tartamudeaba.

--Yo, hice una estupidez. --mi madre hice un pequeño sonido de duda.

--¿Qué tan estúpido?

-- Tan estúpido como para haber cambiado toda mi vida.

--Nadie cambia su vida por una estupidez Billy -- me apartó de su pecho para que pudiera mirarla. 

--Yo sí -- comencé a sollozar de nuevo -- sí no hubiera sido tan engreído y malcriado, nunca hubiera cambiado mi género y papá . . . papá todavía seguiría vivo.

--No fue tu culpa Bill, ya te lo había dicho -- mi madre me miró con compasión mientras me acariciaba la mejilla con sus nudillos. 

--Sí, sí lo fue, si esa noche no le hubiera dado esa pastilla a mi padre . . . -- oculté mi rostro en mis manos mientras volvía a llorar -- si tan solo no me hubiera enamorado de ellos. 

--Bill, tu padre murió por anemia plástica provocada por los años de falta de seguridad al exponerse a todos esos químicos con los que trabajaba, no fue tu culpa. -- mi madre intentó quitarme las manos del rostro. --Si hubiera sido así ¿no crees que tú también hubieras muerto?

--¿ Qué?

--Tú también has estado tomando esa pastilla todos estos años Bill, no es así?

--Pe- pero cómo?

--Una madre lo sabe todo de sus hijos Bill, algún día tal vez lo entiendas. --volvió a abrazarme.

Mi madre estaba en lo cierto, aquella noche en la que le había dado la pastilla a mi padre yo había tomado la que me sobraba pero, a contrario de mi padre no tuvo ningún efecto inmediato en mí. Cuando llegamos al hospital el doctor nos dijo que la sangre y piel de mi padre se encontraban llenas de distintos químicos que lo habían llevado a la muerte pero, aun así no podía dejar de pensar que mi pastilla había acelerado de alguna manera el terrible desenlace que le esperaba a mi padre. 

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