14. Salvando el mundo pt 1

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La mañana llegó, los rayos de luz iluminaban la cueva considerablemente. Lo suficiente para despertar al erizo de púas color azul marino.

Se levantó con pesadez, llevando una mano a su espalda para poder masajearla un poco, ya que dormir en el duro y frío suelo no era para nada placentero. Miró a su alrededor, tallándose los ojos mientras soltaba un bostezo largo. Se quedó observando la cueva unos segundos, sin notar nada raro.

Se dió la vuelta, para levantar a su contraparte. Grande fue la sorpresa que se llevó de no verlo allí, pensó que estaría esperándolo afuera, pero era bastante extraño.

Miró fuera de la cueva para comprobar si estaba allí, y no. Se preocupó, pero se preocupó aún más cuando vió que su neverita estaba entreabierta. Como si alguien la hubiera abierto.

—No... —se dijo a si mismo el cobalto mientras abría del todo la tapadera. Para encontrarse con que habían robado la esmeralda.—No es posible, él no sería capaz de hacer algo así...¿Verdad? —dudoso de sus propias palabras, miró más a fondo la neverita, para notar, que había una pequeña nota.

La tomó, y la empezó a leer. Inmediatamente, sus ojos se cristalizaron y frunció su ceño en ira.

Querido Sonic.

Sé que estarás enfadado conmigo, y también sé que no me querrás ver ni en pintura. No te culpo, me lo merezco.

Me lo merezco por no ser capaz de controlar mis actos, aunque lo haya intentado no he sido capaz de quitarme de la mente el plan que tenía.

Es como...como si no fuera yo mismo, como si alguien quisiera tomar el control de mi para completar sus planes. Seguramente, cuando estés leyendo esto, ya estaré con la esmeralda maestra y estaré con Eggman.

Y como no soy capaz de hacerte daño, ni de dejarte atrás, te voy a explicar el plan del cabeza huevo, para que si quieras lo detengas.

Se que esto ya no significa nada, porque he traicionado tu confianza, y seguramente estés dudando de mí ahora mismo. Pero por favor, solo te pido que confíes en mí una vez más.

Porque esto, es real.

Eggman y yo vamos a ir al espacio, a una colonia espacial que se llama ARK. Allí, llevaremos a cabo un plan para destruir el mundo, o al menos eso es lo que tengo yo en mente para mi venganza.

Y te preguntarás, ¿Porque quieres vengarte? ¿De que exactamente? Bien, ¿Te acuerdas cuando me preguntaste si perdí a alguien importante en mi vida, y te dije que no me gustaba hablar del tema? Bueno, pues ha llegado el momento de contarlo. Porque creo que es importante.

Hace 50 años, fui creado en una colonia espacial, el ARK. Me crearon y diseñaron para ser la forma de vida definitiva, un ser capaz de hacer cualquier cosa, incluso servir para guerras. Pero ese no era mi único propósito, también tenía que curar a la nieta de mi creador de una enfermedad mortal. María Robotnik.

Con el tiempo, nos volvimos más cercanos, y llegué a considerarla mi hermana. Estábamos bien, disfrutando cada día de nuestras vidas, y María iba recuperándose considerablemente.

Pero un día, unos soldados de GUN vinieron para llevarme. Se pusieron a matar a toda alma viva que estuviera por ahí. Yo, en respuesta y por instinto, agarré a María del brazo y la metí en una sala con cápsulas de escape. Por suerte, quedaba una.

Oímos como los agentes de GUN intentaban derribar la puerta que habíamos cerrado para que no nos alcanzaran. Metí a María en una cápsula de escape cuando sentí que la puerta ya no resistiría. Pero María, en un acto desesperado, cambió de lugares conmigo, yo no tuve tiempo ni de reaccionar cuando María cerró la cápsula.

Amor de contrabandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora