LVIII

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narra: detective Kazuo Nakamura

Soy Kazuo Nakamura, detective de la policía de Shizuoka. Hace años que me dedico a investigar casos de quirks peligrosos y nunca me acostumbro a las escenas que encuentro. Recibí la llamada a las 2:43 de la mañana sobre una joven encontrada inconsciente en un pequeño barrio. Unos vecinos encontraron su cuerpo en la calle, a unos metros de una casa abandonada. Sus heridas eran graves; el tono de su piel, pálido, y su cuerpo, frío al tacto. Cuando llegó la ambulancia, tuvieron que hacerle reanimación cardiopulmonar. Fue un milagro que sobreviviera la victima. 

En la escena del crimen, descubrimos el cadáver de Reiji Umehara, un criminal buscado por el uso peligroso de su quirk. Reiji tenía un poder único: podía manipular la percepción del tiempo y el futuro de las personas, reescribiendo su realidad. Usaba este quirk para lavar el cerebro de sus víctimas, dejándolas atrapadas en un estado mental alterado hasta que él decidiera liberarlas. Muchas de sus víctimas vivían como sombras de sí mismas, sin reconocer a sus familias o amigos, llevando vidas ajenas.

Reiji había estado en la lista de criminales más buscados por años, y su muerte nos dejó con una mezcla de alivio y preocupación. ¿Cuántas vidas había destrozado? ¿Cuántas personas seguían atrapadas en su red de ilusiones?

Los informes forenses sugieren que la chica, identificada como TN, pudo haber matado a Reiji en defensa propia. La encontramos a unos metros de una casa abandonada, el escenario de un último enfrentamiento brutal. Las pruebas apuntaban a una lucha desesperada por sobrevivir.

Al investigar más a fondo, descubrimos que cuando Reiji murió, algunas de sus víctimas se despertaron del efecto de su quirk como si se despertaran de un sueño profundo. Sin embargo, otras permanecieron atrapadas, y algunos incluso no pudimos localizarlos correctamente.

En cuanto a TN, ella estaba registrada en la agencia de Best Jeanist para prácticas, pero ninguno de los héroes allí recordaba haberla visto. Parecía ser otro efecto del quirk de Reiji, borrando los rastros de su presencia.

Me dirigí al hospital para hablar con TN. Al entrar en la unidad de cuidados intensivos, el aire estaba impregnado del olor a desinfectante y a medicamentos. TN yacía en una cama, rodeada de tubos y máquinas que monitoreaban su frágil estado. Su piel, pálida y marcada con cicatrices y vendajes, era un testimonio de la brutalidad que había enfrentado.

su tutor legal, osea, su padre habia sido informado y de hecho avisado de tener que acudir a ver a su hija ya que era menor de edad, pero este al parecer se habia negado a verla, asi que se encontraba totalmente sola.

"TN," dije suavemente, acercándome a su cama. Sus ojos estaban abiertos, pero parecían vacíos, como si el brillo de la vida se hubiera extinguido en ellos.

"Soy el detective Arata Shimizu. Estoy aquí para entender lo que te pasó. ¿Puedes contarme qué sucedió?"

Ella me miró con una expresión de profunda tristeza, pero también con una firmeza que desarmaba. "Soy una asesina," murmuró, apenas un susurro. "Lo maté."

"¿Fue en defensa propia?" pregunté, intentando mantener un tono suave y comprensivo.

"Sí," respondió, su voz quebrada. "Me secuestró. Pero aún así... soy una asesina. Me ha arruinado la vida. Mis amigos, todo se ha perdido. No sabía que mi madre le había hecho daño. pero él..Reiji destruyó todo."

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, y ella lloró desconsoladamente. Su autocritica era brutal, un castigo que infligía sobre sí misma.

"TN," intenté consolarla, "lo que hiciste fue por sobrevivir. No eres una asesina. Fuiste una víctima."

"No debería estar aquí," dijo, su voz llena de desesperación. "Desearía haber muerto esa noche. Quizás Reiji tenía razón, en otro universo podiamos haber sido amigos, pero en esta yo fui la que le termine la vida.."

Dejé que mis palabras flotaran en el aire, comprendiendo que ella necesitaba tiempo para procesar su dolor. Después de unos momentos de silencio, decidí dejarla sola para que pudiera reflexionar.

Al salir de la habitación, me encontré con un joven rubio de ojos carmesí en la puerta. Su rostro era una mezcla de ansiedad y determinación.

"¿Quién eres?" pregunté, intrigado por su presencia en un lugar tan delicado.

Él no respondió de inmediato, y el misterio en sus ojos hizo que mi curiosidad se intensificara. Era como si en ese momento, las piezas de un rompecabezas aún más complejo comenzaran a encajar.



¿ eres boba o qué? * bakugo x tnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora