Día 20: Hormonas/Apoyo

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Después de tanto trabajo, tenían merecido un gran descanso.

Ambos estaban agotados. Entre los cuidados de Yoshiki y sus trabajo, estaban a punto de explotar. Ryō había regresado a laborar en la cafetería recientemente y aunque Araki se hubiera quedado a cargo dela administración del local todos esos días, Ryō no daba su brazo a torcer cuando lo mandaban a descansar.

El personal estaba encantado con el nuevo jefe que se turnaban para cuidarlo en sus descansos.

Y Daiki se encargaba del bebé en sus tiempos libres mientras se hacía conocedor de las tareas del hogar. Al final descubrió donde su esposo guardaba las cosas en la cocina y los utensilios de limpieza. Yoshiki lucía más feliz cuando Daiki lo cuidaba.

Sin embargo, vivir en una rutina de estrés constante no era nada bueno. Se había reído del aspecto de Kagami días atrás sin considerar que el propio era igual o peor. Y ni qué decir de Ryō, su bello rostro estaba más pálido de costumbre y poco a poco perdía peso del estrés.

Por eso, Momoi Satsuki y su esposa, Momoi Riko, había estado muy contentas cuando su moreno amigo les pidió que cuidaran al pequeño por unos días mientras ellos se tomaban unas pequeñas vacaciones en unas aguas termales en las afueras de la ciudad.

Aunque Yoshiki todavía estaba muy pequeño para apartarse de su madre, consideraron que era una buena idea para mantener su salud mental estable.

—Extraje lo suficiente para estos días, los paquetes están organizados por fecha y horas en el congelador. Dejé comida preparada para ambas, pero si quieren comer algo diferente hay dinero en la habitación. Reabastecimos los pañales y toallitas, además esterilicé todos sus biberones y juguetes para que ustedes no tengan que hacerlo.

—Ryō-kun, Ryō-kun —interrumpió la pelirroja, desviando la preocupada mirada del otro del bebé en brazos de Riko —. Estaremos bien, ¡ustedes disfruten estos dos días! Ririn y yo cuidaremos a Yoshiki-kun con todo el amor del mundo.

—Lo sé, pero...

Yoshiki dormía plácidamente en brazos de la ex entrenadora de Seirin, ajeno a la atemorizada mirada de su madre. No llevaba ni dos meses de nacido y era la primera vez que debía apartarse de él.

Ryō no quería, pero sabía que era lo mejor por esos momentos. Eran solo dos días...

¿No podía llevarlo con ellos?

—Ya están las cosas en el carro, Ryō —la voz de su marido lo trajo de vuelta al pasillo de su casa, donde los cuatro se despedían. Yoshiki se removió ligeramente en los brazos de Riko al oír la voz de su padre, quien le dio un beso en su cabecita antes de volverse hacia Momoi —. Por favor, cuida bien de Yoshiki, dejamos a nuestro hijo en manos de su tía fea.

Momoi hizo un puchero, iniciando una discusión infantil con su amigo de la infancia. Ryō no escuchó muy bien de que se trataba, estaba enfocado en su recién nacido bebé y la horrorosa idea de dejarlo.

Riko captó la mirada de temor en él y acercó a ambos. Acarició su regordeta mejilla y le dio un beso de despedida en la frente.

Se despidieron de ambas y subieron al coche. Ryō, ansioso, observaba como su casa se hacía pequeña a medida que el carro se alejaba. Las manos de ambas mujeres seguían agitándose en despedida hasta que el carro abandonó la calle residencial, dando inicio a su viaje.

Ryō sabía que era lo mejor para ellos el tomarse un tiempo. Desde la llegada de Yoshiki a su hogar habían estado algo distantes, ocupados en el trabajo y el bebé, el tiempo que pasaban juntos implicaba tener al infante entre ambos.

Y, siendo sinceros, extrañaba a su esposo.

Pero por más que deseara volver a estar con él, su instinto maternal se sobreponía. ¿Yoshiki estaría bien con las Momoi? Tenía miedo que algo le hiciera falta, que Yoshiki llorara pidiendo a sus padres y ellos estuvieran a horas de distancia.

Agosto de MPREG [AoSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora