Three

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—Estoy mejor, Enid. Gracias por preguntar y por la medicina— le dije, esbozando una leve sonrisa. Enid me la devolvió con calidez.

—Me alegro, Wedns. Si te sientes mal, ya sabes que siempre estaré aquí para ti— respondió, antes de recostarse en su cama y distraerse un poco con su celular. Yo, por mi parte, intenté volver a concentrarme en mi novela. Estaba decidida a continuar la trama de suspenso y misterio que había comenzado, pero pronto me di cuenta de que algo en mí había cambiado.

Cada dos palabras, sin darme cuenta, introducía algo romántico o alguna expresión cursi, cosas que siempre había despreciado. Era como si, de repente, la oscuridad de mis relatos se viera invadida por destellos de luz y calor. Reflexioné un momento y me di cuenta de que todo había comenzado desde que Enid entró en mi vida. Esa chica había logrado lo imposible: había derretido mi corazón de hielo, dándole vida y calidez. Incluso mi piel, normalmente pálida, parecía haber recuperado algo de color, y mi aversión por los colores se desvanecía cada vez que pensaba en ella.

Sentía un deseo incontrolable de abrazarla, de besarla, de tocarla. Cosas que antes me resultaban intolerables, ahora me parecían necesarias, casi vitales. El contacto físico siempre había sido algo que evitaba, algo que no soportaba, pero ahora, con Enid, todo era diferente.

Finalmente, me rendí. Cerré el archivo de mi novela de suspenso y misterio, abandonando la oscuridad en la que solía refugiarme. Empecé a escribir una nueva historia, una de romance, algo completamente inesperado para mí. No pude evitar preguntarme en silencio: "Enid, ¿qué me has hecho?"

De pronto, alguien llamó a la puerta. Era Ajax. —Lamento interrumpirlas, chicas. Enid, ¿puedes venir un momento?— dijo, señalando el patio exterior. Cuando Enid salió de la habitación, la curiosidad me venció, y no pude evitar espiar detrás de la puerta, tratando de escuchar su conversación.

—Enid, esta noche habrá una fiesta secreta en la cripta de Crackstone, y quería saber si te gustaría venir. Será divertido— dijo Ajax, su voz cargada de expectación. Podía sentir cómo esperaba un "sí" de Enid, mientras yo observaba con una punzada de celos en mi pecho. No cabía duda de que Ajax estaba enamorado de ella.

Enid, después de pensar un poco, respondió. —Está bien, pero... ¿ningún directivo se dará cuenta?— preguntó, con un toque de preocupación en su voz.

—No te preocupes, lo tenemos todo bajo control- contestó Ajax, sonriendo, visiblemente satisfecho con su respuesta— Al oír esto, me aparté apresuradamente de la puerta para que no se dieran cuenta de que los espiaba.

Enid volvió a la habitación, radiante de felicidad, y comenzó a buscar ropa en su armario, casi saltando de la emoción. Gritaba con entusiasmo, contagiándome, aunque yo luchaba por mantener mi compostura. ¡Wedns, me ayudas a elegir la ropa, porfiiiss! me pidió, haciendo esa cara tierna a la que era difícil resistirse. Me voltee hacia ella y, fingiendo desinterés, pregunté:

-¿Ropa para qué?

-Me invitaron a una fiesta esta noche- respondió con una sonrisa deslumbrante. No pude evitar sonreír también y asentir con la cabeza. Segundos después, me mostró tres conjuntos, extendiéndolos sobre la cama.

-Y bien, ¿cuál es el mejor?- preguntó, observando las prendas con atención.

Me acerqué un poco y, con una sonrisa traviesa, sugerí: -Tal vez deberías probártelos, así los veo puestos.

Enid, sin dudarlo un segundo, comenzó a desvestirse allí mismo, frente a mí. No esperaba que lo hiciera con tanta naturalidad, y mi reacción fue inmediata. Abrí los ojos exageradamente, sorprendida, y de repente, sentí cómo la sangre empezaba a correr por mi nariz. Me voltee rápidamente, avergonzada por lo repentino de la situación. Enid se rió, notando mi incomodidad.

-Wedns, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?

-S-sí, n-no me pasa n-nada- tartamudeé, tragando saliva mientras intentaba recuperar la compostura.

Ella, ajena a mi agitación, se probó las tres opciones. Finalmente, le sugerí que se pusiera la última: una chaqueta peluda llena de colores, una camiseta igualmente vibrante debajo, una falda rosa con medias largas, un tono más claro que la falda, y unos tacones blancos. Se veía deslumbrante, realmente hermosa. No podía describir el torbellino de emociones que sentía; en ese instante, deseé con todas mis fuerzas que fuera mía.

-¿Te gusta, Wednesday?- me preguntó, mirándose al espejo, buscando mi aprobación.
-Me encanta, Enid. Estás hermosa respondí, con la mirada recorriendo su atuendo de arriba abajo, apreciando cada detalle.

-Antes de la fiesta, iremos con Yoko y Divina a conseguir bebidas, así que ya me marcho- dijo, recogiendo sus cosas con una energía contagiosa.

-Está bien, Enid. Cuídate, ¿sí?

-Claro, Wedns. Si necesitas algo, solo mándame un mensaje- contestó, acercándose para darme un beso cálido en la mejilla. Sentí cómo el rubor subía a mis mejillas como nunca antes, y la saludé con la mano mientras la veía irse, su silueta desapareciendo por la puerta, dejándome con el corazón latiendo más rápido de lo que me gustaría admitir.

¡No olvides dejar tu voto para continuar con la historia!. ♡

Don't go away Donde viven las historias. Descúbrelo ahora