Capitulo 1

6.1K 629 405
                                    

Había algo peor que levantarse a las cinco de la mañana un lunes: hacerlo sabiendo que el resto de la semana la pasaría trabajando para Tomlinson Industries.

¡Bip! ¡Bip! ¡Bip! El sonido de la alarma interrumpió sus pensamientos, y se dio la vuelta en la cama para arrojar el reloj contra la pared. Con un suspiro, se deshizo de las mantas de un golpe y se dirigió al baño para darse una ducha rápida y caliente. Al salir, se peinó su cabello rizado y se vistió con una camisa azul marino, combinada con unos pantalones de vestir y zapatos en tono marrón claro. Sus ojos verdes reflejaban una mezcla de cansancio y resignación ante otro día en la rutina.

Harry dudó si debía arreglarse un poco más para la ocasión que marcaba ese día, pero rápidamente desechó la idea. Esa mierda no merecía la pena celebrarla. Jamás. Con una mezcla de resignación y frustración, tomó su teléfono y notó que había un montón de mensajes nuevos de sus compañeros de trabajo más cercanos.

"¡Felicidades, Harry!" 
"¡Felicidades por cumplir dos años con el Lobo, Harry!" 
"¡Viva, Harry! ¡Dos años!" 
"¿Cómo demonios has aguantado tanto tiempo?" 
"¿Vamos a celebrarlo o lo dejamos pasar?"

Harry soltó un suspiro al leerlos. Cumplir otro año en el trabajo debería ser motivo de alegría, tal vez una noche de champán, una celebración con amigos, o al menos una pequeña satisfacción personal. Pero trabajar para Louis W. Tomlinson, el verdadero "Lobo" de la industria, solo significaba estampar otra "x" en el calendario de "Días que me quedan para dejar el trabajo". La idea de festejar un aniversario en Tomlinson Industries le resultaba más que absurda; era una amarga broma que solo subrayaba lo atrapado que se sentía en esa rutina.

El señor Tomlinson era, sin duda, uno de los hombres más irritantes para los que Harry había trabajado. Sin embargo, ese mismo hombre era también un enigma atractivo, alguien que parecía vivir para los acuerdos, ya que desayunaba, comía y cenaba negociaciones. Louis era el tipo de hombre que siempre llevaba un traje de diseño impecable y un reloj distinto cada día, cada uno valorado en mil dólares o más.

Y, por desgracia, también era el tipo de hombre que conseguía despertar en Harry una atracción incómoda, a pesar de su comportamiento arrogante y su tendencia a ser un imbécil. Especialmente cuando Harry se encontraba a segundos de querer soltarle una bofetada. En los dos últimos años, Harry había pasado más tiempo con él que con cualquier otra persona en su vida. Louis era la primera persona que veía por las mañanas, la última con la que hablaba por la noche, y, dado que ambos eran adictos al trabajo, también era la única persona a la que veía todos los fines de semana.

Harry había estado al lado de Tomlinson mientras este dirigía su empresa con mano dura, una compañía valorada en más de mil millones de dólares. Louis aplicaba a su vida las lecciones que había aprendido después de ver demasiadas veces “El padrino”, convirtiendo su enfoque en los negocios en algo casi mafioso. Durante las reuniones, Harry se sentaba junto a su selecto grupo de ejecutivos, observando su lenguaje corporal y tomando notas, siempre alerta ante cualquier señal de traición.

Además, acompañaba a Louis en todos sus viajes de trabajo, tanto internacionales como nacionales, asegurándose de que estuviera al tanto de todos los asuntos de la empresa. Su relación laboral de dos años había llegado a parecerse a un matrimonio moderno, pero sin el sexo. El único beneficio tangible que Harry obtenía de trabajar con él era material: acceso ilimitado a vehículos con chófer, una oficina con vistas panorámicas a Manhattan, la posibilidad de usar la cuenta de crédito de Louis para ir de compras y un salario que era más de cinco veces mayor al que la mayoría de los directores ejecutivos pagaban a sus asistentes. Sin embargo, era un sueldo que nunca podía disfrutar plenamente porque siempre estaba trabajando. Su vida se había entrelazado tanto con la de Louis que apenas tenía tiempo para sí mismo.

Novios por treinta días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora