Tan solo había unos pocos hombres en la ciudad que tuvieran lo que hacía falta para trabajar en Wall Street, un grupo selecto que comprendía el valor del tiempo y la lealtad tan bien como Louis. Había creado Tomlinson Industries desde los cimientos, armado tan solo con el deseo de despedida de su padre: "No dejes que esa ciudad te coma vivo" y un traje negro desgastado que le quedaba dos tallas más grande. Comenzó como el chico de los cafés, el suplente indeseado en la nómina inflada de una megacorporación. Ya que nadie quería darle un empleo real, hacía preguntas siempre que podía, se quedaba hasta tarde y escuchaba las reuniones a escondidas con la excusa de hacer trabajos para la universidad. Y cuando ninguno de los altos ejecutivos quería quedarse hasta tarde para repasar las cuentas del día, él se ofrecía voluntario.
Años después, creó su propio fondo de inversiones e invirtió en las acciones que los demás tenían demasiado miedo de tocar. Terminó convirtiéndose en uno de los empresarios más respetados de Wall Street. Si había una empresa que suscitara su interés, la compraba. Si había acciones en las que quería invertir, para la hora de la cena ya las había adquirido. Y si había un trato que quisiera cerrar, era suyo en tan solo unos segundos. O al menos pensaba que ese era el caso hasta esa misma mañana.
—¿Qué quieres decir con que Watson ya no está seguro de querer que le compre la empresa? —preguntó Louis, mirando a su asesor, Niall, totalmente perplejo—. Fue él quien la puso en maldita venta. Quién se la compre da absolutamente igual.
Niall suspiró, cansado de explicarle lo que ya había dicho varias veces.
—Ya te he dicho una y otra vez que quiere que el nuevo propietario sea un hombre de familia. Tú no eres un hombre de familia.
—Sí que tengo una familia —replicó Louis.
—Una familia propia —aclaró Niall—. No una a la que llames en semanas alternas cuando se te ocurre recordar que existen. Ah, y a buen seguro tampoco quieren a alguien que ha sido soltero del año en Page Six durante diez años consecutivos.
Louis sonrió, disfrutando de esa reputación.
—Diez años consecutivos, pero nadie lleva la cuenta. Aunque si eso hará que Watson se sienta mejor respecto a mi vida personal y cómo gestionaré su fondo, puedo llamarlo y admitir sinceramente que no he tenido relaciones con nadie en más de ocho meses.
Louis le lanzó a Niall una mirada inexpresiva.
—¿Estás bromeando, verdad?
—Por desgracia, no. Llevo un poco más de ocho meses…
—Incluso aunque te creyera, que no es el caso, el hecho de que elijas no tener relaciones no te convierte en un hombre de familia. Solo significa que no te estás comportando como eres en realidad. Con “hombre de familia” se refiere a alguien que sabe que no todo es trabajo. Alguien que sepa apreciar los momentos de la vida fuera de la sala de juntas.
—Soy fantástico en eso —contestó Louis—. Tú mismo lo has dicho. Mi empresa paga los sueldos más altos en todos los niveles para que los empleados puedan disfrutar de su vida fuera de la sala de juntas.
—Bueno… —Niall se irguió en la silla—. Cuando tu segundo director financiero se casó, ¿qué le regalaste para su boda?
—Una prima generosa y un vino vintage.
—Ajá. ¿Y qué es lo que escribiste exactamente en la etiqueta de ese vino?
Louis suspiró.
—"Me decepciona que te hayas casado; nunca pensé que fueras de esos”.
—¿Y qué más?
Louis no respondió. No quería recordarlo.
—Escribiste: "Estoy seguro de que te divorciarás en dos años, así que mejor que la dejes y viajes a Florida a ayudarme con el acuerdo de Tampa”. Pero, claro, al menos tuviste la amabilidad de escribir: "P. D.: Espero que hayas firmado un contrato prematrimonial antes de la boda. Te veré en el trabajo cuando regreses. Con cariño, Louis”. Creo que fueron esas tres últimas palabras las que lo hicieron renunciar.
ESTÁS LEYENDO
Novios por treinta días
FanfictionNunca debió haber aceptado ese acuerdo... Las reglas eran simples: nada de besos ni sexo, solo fingir amor ante la prensa durante treinta días. #1 en LT 25/08/24 - 28/08/24