Novios por treinta días

Capitulo 12

DÍA DOS

Asunto:
Cambio de itinerario + tu familia…

Louis:
Watson quiere reunirse contigo y con "el señor Tomlinson" en tu residencia familiar. Se quedará con ustedes como huésped unos días a lo largo de esta semana porque todos los hoteles de Blue Harbor están ocupados. Ya le he dicho que estás de acuerdo, así que de nada.

Otra cosa: ¿no me dijiste que ibas a tomarte algunas fotos con Harry hoy? ¿Por qué me has enviado un mensaje diciéndome que no lo harás hasta mañana? Respóndeme lo antes posible.

Niall Horan 
Asesor especial del director general de Tomlinson Industries

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Asunto:
Tu madre… otra vez

¡Louis!

No puedo creer que haga falta que te comprometas para que vengas a casa a visitarnos. Estoy segura de que tu padre nos está mirando desde arriba y agitando la cabeza con incredulidad porque (que quede entre tú y yo) siempre pensó que no te casarías nunca.

De todas formas, como te he dicho antes, la casa estará preparada para ti, tus huéspedes y tu encantador prometido mañana. Hemos añadido otros dos anexos que estamos deseando enseñarte. Ah, y tu hermano ha instalado redes contra los osos alrededor de la propiedad para mantener a los paparazzi lo más lejos posible.

¡Estoy deseando conocer a tu prometido! De hecho, estoy evitando ver todas las noticias, y no hablo del asunto con nadie de por aquí, para poder evaluarlo yo misma. Hasta pronto.

Con cariño, 
Mamá

P. D.: Estoy segura de que lo quieres, quienquiera que sea, pero… parte de mí espera que sea tu asistente personal, Harry… 
P. D. 2: ¿Es Harry? :-)

––

Es demasiado pronto para esta mierda… Pensó.

Louis cerró la sesión y salió de la cama. Caminó hacia las ventanas de su dormitorio y abrió las cortinas para ver salir el sol por encima de las montañas de Blue Harbor.

Lo único que tenía ese día en la agenda era asegurarse de que todo en Nueva York funcionara sin problemas y que el resto de acuerdos con los otros directores generales, que no eran entrometidos y obsesionados con la familia, se llevaran a cabo según lo planeado. A fuerza de costumbre, hizo lo mismo de todas las mañanas: buscó el contacto de Harry en el móvil y lo llamó.

—¿Sí? —respondió Harry al primer toque.

—¿A qué hora me vas a enviar las últimas novedades? —Louis miró el reloj—. ¿Quieres dármelas en el balcón o en la sala de estar?

—¿Perdón? —preguntó Harry, confundido.

—Ya hemos hablado sobre esto —replicó Louis—. Dije claramente que, solo porque estemos comprometidos, no significa que no tengas que trabajar. Así que, ¿vas a darme las últimas novedades en el balcón o en la sala de estar?

Harry le colgó.

Y no respondió a ninguna de sus llamadas ni a ninguno de sus mensajes durante el resto del día.