Capitulo 3

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Varios días después...

La frase "Deja que te explique" era siempre un mal presagio cuando salía de la boca de Niall, y en el caso de la "operación Falsa Prometida" bien podían haber sido una maldición.

—Espere, espere. —La decimocuarta candidata de la semana se detuvo junto a la puerta de Louis—. Deme otra oportunidad y le prometo que no volveré a mentir sobre mi pasado, señor Tomlinson. ¡Se lo contaré todo sobre las drogas, se lo prometo!

Por Dios Santo…

Louis negó con la cabeza. Lo más triste era que esa no había sido la peor a la que había entrevistado.

—Vamos. —Niall la acompañó hacia fuera—. Seguiremos en contacto.

Louis sacó su teléfono y le envió un mensaje a Niall.

Solo voy a ver a una más hoy, Niall. Me gustaría conservar el resto de mis neuronas. Gracias.

Le dio a enviar y el teléfono de su escritorio comenzó a sonar.

—Louis Tomlinson al habla —respondió—. Tienes dos minutos.

—Buenas tardes, señor Tomlinson. —Era una suave voz femenina—. Me llamo Heather McAvoy y trabajo para Carriage Firm, en Manhattan. Le llamo para preguntarle qué opina sobre la propuesta que le envié a su oficina la semana pasada.

—No recuerdo haber recibido ninguna propuesta —le respondió Louis—. ¿Recibiste un correo de confirmación?

—Sí, del mismísimo Harry en persona.

—¿Harry Styles? —Louis negó con la cabeza. No estaba seguro de cuándo había empezado todo el mundo a llamarlo «El mismísimo»—. Sí, ese mismo.

—Espera unos segundos —Louis la puso en espera y llamó a su asistente—. ¿Puedes decirle a Styles que venga a mi oficina, por favor?

Colgó antes de que pudiera responderle y, tras unos segundos, Harry entró en el despacho. Llevaba un traje nuevo, uno de color beige que se ajustaba a sus curvas a la perfección. Se cruzó de brazos y frunció sus carnosos labios rosados.

Por Dios Santo…

—¿Sí, señor Tomlinson? —preguntó Harry—. ¿Me ha llamado para asegurarse de que no me he liberado de mis cadenas hoy?

—¿Has tenido fantasías en las que te encadenaba? —interpeló Louis—. Hablemos sobre ello.

Harry puso los ojos en blanco.

—Ahora mismo estoy en una conferencia con uno de tus agentes inmobiliarios. ¿Qué quieres?

—Tengo a Heather McAvoy, de Carriage Firm, al teléfono. Dice que le enviaste un correo de confirmación sobre una propuesta que nunca he llegado a ver. Sé que estás intentando que me despida, pero seguro que hay una manera mejor que ocultarme las propuestas.

—No te estoy ocultando nada —respondió Harry—. La leí y decidí que no merecía la pena que perdieras el tiempo con ella. Solo te está llamando porque le dije que tenías cosas más importantes que hacer que leer un informe que parece redactado por un adolescente. Pero, de todas formas, si quieres comprobarlo tú mismo, he dejado una copia en tu nube. ¿Necesitas algo más?

Tu boca

—Un café.

—Y yo también —dijo Harry, dirigiéndose hacia la puerta—. Hay mucho en la cafetería de empleados de la planta de abajo.

Louis esperó a que Harry cerrara la puerta con suavidad, como de costumbre, y encontró la propuesta justo donde él había dicho que estaba. Louis logró leer solo las cinco primeras líneas antes de rendirse. Colgó a la señorita McAvoy y rápidamente escribió un correo cuyo asunto rezaba: «Si Harry dice que no, es un jodido no».

Novios por treinta días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora