♤XXI

40 8 2
                                    

La noche caía cuando Izuku e Shouto regresaron con los demás. Aún se sentía avergonzado por lo sucedido, pero Shouto lo reconfortaba con su gentil toque.

Al llegar, sus amigos se apresuraron a ver cómo estaban. Bakugo le dio un golpe amistoso en el brazo a Izuku, indicando que todo estaba bien.

Luego de asegurarse que todo peligro había pasado, los caballeros en entrenamiento decidieron encaminarse a casa. Shouto ofreció acompañar a Izuku hasta su puerta.

Durante el trayecto, caminaron de la mano en un agradable silencio. La luna llena iluminaba su figura, recordándole a Izuku lo afortunado que era a su lado.

Mientras caminaban, Izuku comenzó a sentir nuevamente los efectos de su celo. El aroma de Shouto, tan varonil y reconfortante, despertaba nuevas ansias en su interior.

Se aferró a su brazo con suavidad, ocultando el sonrojo en su hombro. Shouto lo notó de inmediato y se detuvo, preocupado.

-Izuku, ¿estás bien? Si sigues sintiéndote mal, podemos volver para que te revise Recovery Girl -ofreció acariciando su mejilla.

Izuku negó, esbozando una tímida sonrisa.

-No es eso, es que... tu aroma me afecta. Me produce deseos que no puedo controlar -confesó en un susurro, bajando la mirada.

Shouto comprendió al instante, sintiendo que su instinto rugía expectante. Mantuvo su autocontrol, aunque el efecto era mutuo.

Shouto acarició la mejilla de Izuku con dulzura, tratando de calmar las ansias de su celo.

-Sé que es difícil de soportar, amor mío. Pero tu casa está cerca -le recordó con suavidad-. Una vez allí podrás descansar.

Izuku asintió, aunque sus ojos verdes reflejaban el anhelo intenso de ser reclamado por completo. En el fondo, Shouto también lo deseaba. Su naturaleza alfa lo empujaba a proveer alivio a su pareja.

-Prométeme que irás a descansar en cuanto llegues -pidió Shouto acercando su frente a la suya-. Mañana, cuando te sientas mejor, podremos estar juntos sin preocupaciones.

Izuku exhaló tembloroso, conteniendo su omega interior. Asintió esforzándose por la promesa de un futuro encuentro.

Continuaron el corto trecho hasta su casa tomados de las manos. Antes de despedirse con un beso, Izuku susurró un suave "gracias" que decía mucho más. Shouto sonrió, quedándose a vigilar que entrara sano y salvo. Nada era más importante que el bienestar de su amado.

.

.

.

-¡Izuku!-Grito Inko con lágrimas en los ojos al ver a su pecoso niño entrar a la casa, está simplemente corrió y lo abrazo, mientras lágrimas caían por sus mejillas-

-¡Mamá! -exclamó Izuku devolviendo el abrazo con ternura maternal.

Inko lloraba agradecida de verlo sano y salvo otra vez. Recorrió su rostro en busca de heridas, aferrándose a él para cerciorarse de su realidad.

-Cariño, estaba tan asustada -balbuceó acunándolo contra sí.

Izuku acarició sus cabellos con dulzura, intentando tranquilizarla como siempre había hecho desde pequeño.

-Tranquila mamá, ya pasó todo. Shouto me protegió -explicó con suavidad.

Entonces recordó lo que realmente la preocupaba.

-El celo... ¿aún lo sientes? Déjame revisarte -pidió Inko separándose para examinarlo.

Izuku asintió ruborizado. Su cuerpo se sentía cansado pero a salvo junto a su madre. Ella suspiró aliviada al comprobar que sólo quedaban vestigios de su estado natural.

◌Remonpai◌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora