◌Remonpai◌

♤XXV

Los días transcurrían tensos en las cavernas. Sólo se aventuraban por turnos a cazar y conseguir provisiones, manteniéndose en alerta constante.

Una tarde, Tomura notó una silueta furtiva acercarse. Al acecho detrás de las rocas, identificó al informante que les había contactado antes. Lo hizo pasar con cautela.

-Traigo noticias -anunció el encapuchado sin perder tiempo-. Se dice que Midoriya superó las pruebas para ingresar a la academia UA. Estará más protegido rodeado de jugadores más fuertes.

Un rugido enojado escapó de la garganta de Tomura. Sus dedos rasgaron las pieles que lo cubrían en un ataque de cólera.

-¡Ese maldito mocoso siempre se nos adelanta! -bramó con furia-. Pero pronto bajará la guardia... y cuando menos lo espere, atacaremos con todo nuestro poder.

Volteó hacia sus camaradas, quienes compartían su sed de venganza. Una sonrisa macabra se dibujó en sus labios agrietados.

-Que se preparen en la UA... nosotros nos encargaremos de que queden en ruinas.

.

.

.

.

.

Era el gran día. Izuku despertó emocionado al saber que por fin pondría un pie en la prestigiosa UA. Se vistió rápidamente con el uniforme y bajó a desayunar.

-Te noto ansioso, cariño -comentó Inko con dulzura al verlo inquieto en la mesa-. Diviértete mucho y cuídate mucho.

Luego de despedirse de su madre con un abrazo, salió rumbo a la academia. En la estación se encontró con Shouto, quien lo recibió con una radiante sonrisa.

-Vamos juntos, Izuku -dijo tomando su mano con suavidad.

Al llegar al campus de la UA, Izuku contuvo el aliento ante su imponente arquitectura. Caminaron por los amplios pasillos hasta llegar a su salón. Al entrar, fue recibido por las miradas de sus nuevos compañeros.

-Saluden a su nuevo compañero, Midoriya Izuku -presentó el profesor Aizawa-. Es el primer Omega en la UA, espero sea tratado con respeto-

El corazón de Izuku latía desbocado cuando todos los ojos se posaron en él. Agradeció internamente que Shouto permaneciera a su lado, infundiéndole calma con su sola presencia.

Reverenció a la clase con timidez pero dignidad. Por dentro se sentía feliz y orgulloso de ser el primer Omega en ese prestigioso plantel. No defraudaría las expectativas puestas en él.

Con renovados ánimos, tomó asiento junto a Shouto para dar comienzo a las clases. Pese a los nervios inherentes al nuevo ambiente, supo que contaba con valiosos aliados. Ahora sólo restaba aprovechar todas las oportunidades para forjarse como el caballero que aspiraba ser.

El primer día de clases transcurrió rápido. Izuku trató de prestar atención a pesar de los nervios, anotando cuidadosamente todo lo que podía. Notó algunas miradas curiosas sobre él; al parecer su condición de Omega generaba expectativa.

Para la hora del almuerzo, Shouto y él se dirigieron a los jardines del campus. Sentados bajo un árbol, sacaron sus viandas para comer.

-Te noté algo tenso durante las clases -dijo Shouto acariciando su mano con dulzura-. Es normal, es tu primer día. Pero recuerda que cuentas conmigo.

Izuku asintió con una pequeña sonrisa, sintiéndose reconfortado. Shouto siempre lograba calmar sus tormentas interiores con su presencia.

-Estoy feliz de haber ingresado, pero todo esto es nuevo -confesó antes de llevar un bocado a su boca-. Gracias por estar a mi lado. Eres mi mayor apoyo.