Sacado de un comic

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Izuku: Hablando normal

Izuku: -- En llamada/telepatía/mensajes --

Izuku: *Pensando*

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Laura comenzaba a despertar, sus sentidos reactivándose lentamente después de la tormenta que había azotado la región durante la noche. El eco distante de la lluvia aún persistía en su mente, pero era el calor reconfortante a su lado lo que capturaba toda su atención. Podía sentir el calor suave que irradiaba de Izuku, quien aún dormía a su lado. Su cuerpo emitía una calma envolvente, y cada exhalación que escapaba de él se sentía como un susurro que la arrullaba de nuevo al borde del sueño.

El ritmo constante de sus latidos resonaba en sus oídos, un sonido firme y tranquilizador que la anclaba en ese momento de paz. Sin abrir los ojos, se permitió disfrutar del momento, notando cómo la mano de Izuku se mantenía en su cabeza, acariciándola con delicadeza. Aun en su sueño, su instinto era protegerla, como si la mera presencia de Laura fuera suficiente para mantenerlo atento y conectado.

La mano de Izuku se movía lenta pero consistentemente, deslizando sus dedos por su cabello, a lo largo de su cuello y hasta la parte superior de su espalda. El contacto era ligero, casi imperceptible, pero cada roce transmitía una sensación de seguridad y consuelo. Laura no recordaba la última vez que había experimentado algo así, una calma tan profunda y una sensación tan genuina de ser cuidada. No era solo el calor físico lo que la envolvía, sino también la calidez emocional que irradiaba de él.

A medida que sus pensamientos comenzaban a aclararse, Laura se dio cuenta de lo extraordinario que era este momento. Durante tanto tiempo había conocido solo la dureza y la frialdad de la vida, que la ternura de Izuku le resultaba tan desconocida como deseada. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió relajarse completamente, dejando de lado las preocupaciones y los miedos que solían dominar su mente.

Mientras permanecía acurrucada junto a él, podía sentir cómo su propio cuerpo se relajaba, como si finalmente estuviera dejando atrás la tensión que la había acompañado por años. Cada caricia, cada movimiento lento de su mano, la hacía sentir más conectada con él, y una parte de ella deseaba que este momento nunca terminara.

El amanecer comenzaba a insinuarse por la ventana, llenando la habitación con una luz suave y dorada. Laura abrió los ojos lentamente, enfocándose en el rostro de Izuku, aún sumido en un sueño tranquilo. La tranquilidad en su expresión era contagiosa, y Laura sintió una oleada de gratitud por la protección y el cariño que él le ofrecía, incluso en los momentos más simples como este.

En silencio, Laura cerró los ojos de nuevo, permitiéndose disfrutar un poco más de esa sensación de seguridad. Por ahora, se permitió disfrutar de este pequeño refugio que había encontrado junto a Izuku, donde, por un momento, el mundo exterior dejaba de importar.

Sin embargo, un cambio sutil en el aire llamó su atención. En una de sus respiraciones, captó un olor diferente en Izuku, algo que no era ni perfume ni suciedad. Era un rastro leve, una marca sutil que delataba la cercanía reciente de otra persona. Era la fragancia de otra chica, tal vez un beso compartido. La sorpresa la dejó momentáneamente inmóvil, sintiendo cómo una emoción nueva y desconocida comenzaba a agitarse en su interior.

Una ligera punzada de algo que nunca había experimentado antes, un atisbo de celos, hizo que su pecho se tensara. Pero en lugar de dejarse dominar por esa sensación, Laura se obligó a calmarse, recordando lo mucho que significaba este momento de paz. No podía permitirse que esa emoción lo arruinara. Se recordó que Izuku era alguien especial, alguien que merecía su confianza y afecto.

AVENGER 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora