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Eran las 7 de la mañana y el peliverde yacía en el suelo de aquella bodega gigantesca.

Las lágrimas no paraban de brotar de aquellos ojos sin vida, si antes se sentía como la persona más horrible ahora se sentía 100 veces peor y nuevamente no había podido hacer nada más que suplicar que se detuvieran pero una vez más sus súplicas habían sido completamente ignoradas, solo podía escuchar cómo se burlaban de lo patético que se veía durante toda la madrugada.

Hombre 2: Eso estuvo increíble - Esbozando una gran sonrisa.

Hombre 1: Se sentía como un virgen, debemos repetirlo - Viendo a Izuku.

Hombre 3: Olvídalo, debemos hacer la entrega en unas horas - Abrochando su cinturón.

Hombre 2: ¿Qué tal si habla? - Lo vió fijamente.

Hombre 1: No lo hará - Dijo amenazante.

Se agachó a un lado del peliverde y sacó un gran cuchillo filoso, al ver esto Izuku abrió los ojos sorprendido y el miedo apareció una vez más, el sujeto pegó el cuchillo a su garganta y lo presionó suavemente dejando un pequeño corte.

Hombre 1: ¿Cierto? - Preguntó con una sonrisa.

Izuku: N-No lo ha-haré - Dijo con dificultad.

Hombre 2: Lo siento, no escuché - Le dió una fuerte patada en las costillas.

Izuku: ¡Aaagh! - Una expresión de dolor se formó en su rostro.

Hombre 3: Quizá debamos deshacernos de él - Lo sujetó del cabello y lo mando de vuelta al suelo con un fuerte golpe en el rostro.

Entre los 3 sujetos comenzaron a propinarle una fuerte paliza mientras repetían cosas como "No dirás nada, pequeño idiota" o "Volveremos por ti".

En un intento de detenerlos el peliverde trataba de decir que no diría nada pero cada vez que lo hacía era ignorado y le lanzaban preguntas como "¿Qué fue lo que dijiste?" "No escuché" "Dilo más fuerte" "¿Esperas que creamos en ti?" Y muchas otras cosas.

Finalmente después de largos minutos se detuvieron al escuchar al ahora moribundo peliverde hablar.

Izuku: P-por fa-fav-favor, b-bast-ta - Suplicaba cubierto de sangre.

Hombre 1: ¿Cómo dices? - Colocó su pie en la cabeza del peliverde y comenzó a ejercer presión.

Izuku: E-Es suf-ficiente ¡Termina con esto! - Gritó con todas sus fuerzas - N-No p-pue-do m-más - Declaró con agotamiento y desánimo.

Se dió por vencido, había luchado tanto que ya no encontraba razón alguna para continuar con su existencia, solamente quería que todo esto terminara.

Hombre 3: Pff no seas ridículo - Se burló.

Hombre 2: Así me gusta - Expresó con satisfacción.

Hombre 3: Bien, vamonos - Caminando a la salida.

Hombre 1: Oye - Llamó la atención del pecoso - Por si no lo recuerdas, te dije que estaba lejos de ser un héroe - Soltó una pequeña risa y se marchó del lugar.

Así fue como los tres hombres salieron del lugar para entrar al auto y comenzar su viaje a un destino desconocido.

Por otra parte Izuku estaba en el suelo llorando sin cesar, habían hecho tantas cosas horribles con él que prefería morir antes que seguir con su patética vida, todo era su culpa, era un inútil, un idiota.
Sentía un dolor ardiente en la garganta, como si estuviese en llamas, tenía quemaduras de cigarro por algunas partes de su cuerpo, sentía un terrible dolor punzante en el trasero, estaba cubierto de un líquido blanquecino pegajoso, mismo que sentía salir por su entrada y boca, también estaba cubierto de mordidas, hematomas, saliva y sangre, mucha sangre por la golpiza que había recibido.

Después de estar lamentándose en el suelo decidió volver a los dormitorios ¿Qué más daba si lo veían? De igual manera era una basura, ya no le importaba nada.
Trató de ponerse de pie pero el dolor punzante en la zona baja se hizo más intenso impidiendo que se levantara y causando que cayera bruscamente al suelo, su vista comenzó a nublarse y nuevamente comenzó a llorar ¿Cómo era posible que esto le sucediera 2 veces?.

Mientras se lamentaba pudo observar una caja de madera un poco lejos y sin más se arrastró hasta quedar frente a ella, se puso de rodillas mientras que con el mentón trataba de hacer fuerza en la parte de arriba para levantarse pues aún tenía las manos atadas a su espalda con cinta.

Comenzó a gritar fuertemente mientras se ponía de pie, el dolor era horrible y aumentaba demasiado al hacer el mínimo esfuerzo, sentía como si miles de navajas lo cortaran al mismo tiempo pero finalmente lo logró, esta vez tuvo éxito y se mantuvo de pie hasta acostumbrarse al dolor, cosa que no fue para nada fácil.

Antes de salir tomó con los dientes la sucia y delgada sábana con la que había llegado, se cubrió completamente y con esta misma tapó su cabeza para evitar ser reconocido ya que eran las 8:30 de la mañana y cualquiera podría identificarlo. Aunque decía que ya no le importaba nada sí sentía vergüenza al pensar en qué diría la gente sobre él cuando supieran lo que le había pasado, es por eso que decidió tomar precauciones.

Caminó con cautela pero no había nadie en las calles, eso era muy extraño, quizá estában frente a la U.A como era costumbre. Continuó caminando 20 minutos hasta que finalmente llegó, trató de ocultarse mientras intentaba averiguar cuántas personas había pero para su suerte y sorpresa no había nadie en la calle, ni siquiera reporteros así que entró rápidamente.

Para su mala suerte había olvidado que necesitaba su llave y al entrar los sensores no la detectaron provocando que la barrera de seguridad se activara pero afortunadamente logró entrar ¿Cómo? No lo sabe.

Se dirigió a los dormitorios y con la certeza de que no había nadie abrió la puerta bruscamente ocasionando un fuerte ruido, al entrar quedó paralizado al ver a Bakugo corriendo hacia la entrada principal para después parar en seco frente a él ¿Por qué estaba allí? Se supone que debía estar en clase ¿No es así?.

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Bakugo estaba demasiado exhausto así que decidió tomarse la libertad de acudir a clases después de la hora del almuerzo.

Sentía una paz inmensa al estar solo sin que nadie lo interrumpiera o dijera alguna estupidez, entró a la cocina y como si tuviera todo el tiempo del mundo comenzó a partir cuidadosamente los vegetales para su desayuno pero todo esto se vió interrumpido al percibir el estruendoso y brusco ruido que ocasionó la puerta principal al ser abierta.

Rápidamente corrió para averiguar de qué se trataba pues no era común que alguien abriera la puerta con tanta brusquedad.

Fue grande la sorpresa que se llevó al ver que Izuku había sido el causante de aquél estruendoso ruido pero eso no se comparaba con lo que sintió al ver el estado del pecoso.

Bakugo: Deku..... - Apenas logró hablar.

Quedó atónito ante lo que veían sus ojos pues frente a él estaba la imagen de Izuku con una expresión que reflejaba terror, lo más llamativo era que estaba plagado de hematomas, estaba cubierto de sangre y se ocultaba con una delgada sábana blanca que estaba impregnada de tierra y sangre.

Bakugo:《¿Qué carajo sucedió? ¿Por qué está en ese estado? ¿Por qué sostiene la sábana con la boca?》

Miles de preguntas comenzaron a llegar a su mente mientras trataba de analizar la situación hasta que finalmente salió de su trance y una vez más habló.







Fin del capítulo.

Apuesto a que no se esperaban esto ¿Verdad?

¡Detente, Kacchan! +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora