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La noche habia llegado y todos en la base estaban durmiendo en sus cuartos, menos cierto pelinegro que no podía reconciliar el sueño al estar pensando en muchas cosas a la vez

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La noche habia llegado y todos en la base estaban durmiendo en sus cuartos, menos cierto pelinegro que no podía reconciliar el sueño al estar pensando en muchas cosas a la vez.

Deja de pensar cuando escucha el sonido de un rejilla abrirse y una voz conocida que lo llamaba. Así que asoma su cabeza a la parte de abajo de su cama y se sorprende al ver a Nazaria.

—— ¿Nazaria? ¿Qué...?—antes de que pueda preguntar es callado por la rubia con un ademan de silencio—

—— Ven. Sígueme.—le pide y retrocede por el conducto de ventilación—

Al final, Thomas decide seguir a la rubia por los conductos, curioso por donde lo quería llevar.

—— Un momento. ¿Qué diablos hacemos?—pregunta confundido al no entender nada—

—— Rápido, nos lo perderemos.—responde para seguir gateando por los conductos, siendo seguida por el pelinegro al querer respuestas—

—— ¿Qué diablos estoy haciendo?—se pregunta a si mismo—

Al llegar, se encuentra con Nazaria viendo por una rejilla.

—— ¿Qué estamos haciendo?—le pregunta, solo recibe un ademan de silencio por parte de la rubia—

—— Ven acá.—le pide en voz baja—

El chico suspira y se acerca a ella, viendo por la misma rejilla.

—— Observa.

Unos segundos después, la doctora Crawford hace acto de presencia. Sacando del bolsillo de su bata una tarjeta de acceso siendo seguida por tres hombres que llevaban tres camillas, cubiertas por una sábana blanca y una pantalla holográfica que les mostraban el cuerpo humano junto con sus signos vitales, temperatura, etc.

La doctora pasa la tarjeta por un sensor y abre la puerta, dejando entrar a las camillas y los hombre para luego entrar ella.

—— ¿Qué diablos fue eso?—pregunta Thomas viendo a la contraria—

—— Traen nuevos cada noche, sin falta.—le responde en voz baja—

—— ¿Sabes que hacen con ellos?

—— Quisiera saberlo. Pero esto es lo más lejos que Aris y yo hemos llegado.—contesta y mira el conducto—Los conductos ni siquiera llegan a esa sección. Sin embargo, una vez que entran por esa puerta, no vuelven a salir.—prosigue hablando, mirando al contrario a los ojos—Creo que en realidad nadie sale de aquí.—concluye la explicación, viéndose por unos segundos a los ojos—

—— Vamos, debemos irnos antes de que alguien note nuestra ausencia.—retoma la rubia, desviando su mirada de la del pelinegro—

—— ¿Por qué me mostraste esto?—indaga, viendo a la contraria—

𝐄𝐯𝐢𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨 || Newt ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora