𝐄𝐯𝐢𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨 || 𝑄𝑢𝑒, ℎ𝑎𝑏𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛𝑧𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜, 𝑛𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑑𝑟á 𝑓𝑖𝑛.
Nazaria, una adolescente energética y amable, bondadosa con todos y que siempre busca alegrarle el día a cualquiera que lo necesitará.
Ne...
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Solo fueron cuestión de minutos para llegar a la base del Brazo Derecho.
Al llegar, todos bajan de la camioneta respectiva, empezando a caminar.
—— Hace más de un año que lo planean.—comienza hablar Harriet—
—— Todo esto es para nosotros.—comenta Thomas—
—— Tuvieron suerte de encontrarnos.—informa Sonya, a su lado estaba Nazaria—Nos iremos al amanecer.—mira a un hombre—¿Dónde está Vince?
—— Por allá, creo.—contesta el hombre, para seguir con lo suyo—
—— ¿Quién es Vince?—pregunta el pelinegro—
—— Es quien decide si pueden quedarse.—contesta Harriet—
—— Seguramente se quedarán.—le dice Sonya en un susurro a Nazaria—
—— Ojala.—dice y le da una sonrisa—
—— Creí que el Brazo Derecho era un Ejército.—comenta Thomas después de un rato—
—— Sí, eso éramos.—una voz de hombre hace que el grupo se detenga y vean al hombre—Esto es lo que queda de nosotros.
Se acerca a ellos y sigue hablando, viendo al grupo.
—— Mucha gente buena murió para que llegáramos hasta aquí.—coloca sus manos en su cintura y mira a Harriet—¿Quiénes son ellos?
—— Son inmunes.—informa la morena—Los atrapamos subiendo la montaña.
—— ¿Los revisaste?
—— Conocemos a estos chicos,—Harriet señala a las dos chicas y al chico—Nazaria, Belle y Aris. Confiamos en ellos.—se coloca al lado del hombre—
—— Pues yo no. Revísalos.
Justo en ese momento Brenda cae al suelo, respirando de forma entrecortada.
—— ¡Brenda! ¡Brenda!—la llama Jorge preocupado, arrodillandose a su lado para sujetarla entre sus brazos—
—— ¿Qué sucede?—le pregunta el Vince a Harriet—
—— ¡Brenda! Brenda. Brenda. Brenda, háblame.—le pide preocupado Jorge, no quería perder a la que era como su hija—Brenda.
—— Lo siento. Lo siento.—se disculpa entre murmuros—
—— ¿Qué sucede?—le pregunta al hombre, arrodillandose a su lado y colocandole una mano en su hombro—
—— No lo sé.—le contesta mientras seguía concentrado en Brenda—Brenda, ¿estás bien? ¿Brenda? Háblame.
—— ¿Qué diablos?—murmura el hombre, bajando con cuidado un pedazo de trapo que envolvía la parte de abajo de la pierna de la chica, dejando en descubierto una mordida —¡Diablos! ¡Crack! ¡Una crack!—informa alterado, levantándose para apuntarle a Brneda con su arma—
