Capitulo 17

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Deimos
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La luna brillaba, el viento azotaba mi cara, me dolían los golpes que ella me había dado. ¿Me los merecía?
No me sentía bien, la poca cordura que había en mi cabeza parecía irse lejos de mi mente. Mis pies temblaban, mis manos igual, solo quería que todo acabara, poder estar a su lado y que solo fuese mía.

Estaba sentado en el borde de un despeñadero, quería irme con mi madre, ver a mi padre, estar con ella. Pero ahora la única compañía que tenía era la de Heracles y Hefesto, quien estaba tumbado quejándose en voz baja, Heracles tenía un pequeño relicario, estaba abierto, en el había una foto de su esposa, una foto de Hebe.
El acariciaba con nostalgia su foto, suspiraba mirandola con pena, alzó la vista y me miró a mí.

-No volveré a verla... Ganemos o perdamos. Jamás me va a perdonar.- murmuró el. Mis ojos se fueron a el, el me miró, parecía demacrado, no tenía ese aire de Ken de supermercado, su cabello estaba apagado y sus ojos perdidos.
-Cuando me case con ella seguía teniendo pesadillas con Megara y mis hijos... Los vi morir en mis brazos, yo mismo los mate...-Murmuro de manera suave.-Ella me consolaba cada noche, cuando Hera nos caso apenas tenía 18 años... Yo era mucho mayor...- mire la cadena de plata de su mano.

-¿Porque no te has quedado con ella?- murmure yo, mi voz salía ronca.
-Porque mi padre necesita mi ayuda...- dijo el incrédulo: -Tu padre es uno de los factores que te han hecho desgraciado toda la vida.- el negó.
-Si... Pero, es mi padre, ¿Tu no irías a la guerra por el tuyo?- finalizó el mirándome.
-Yo lucho está guerra por ella... - asintio colgando de nuevo la cadena en su cuello.
-El amor hace débil a los héroes... Si no mirame a mi. La hija de Hades es tu mayor perdición... Y no abra nada que te pueda salvar. Ni siquiera ella. -sus ojos pasaron a los míos.

Sentí un escalofrío, no sabía que me estaba pasando. Agarre mi teléfono, no tenía cobertura, solo había fotos, puros recuerdos, buenos momentos, era mi propio museo.

Mi mirada se fijo en una de ellas, en la que estábamos los cuatro, frente el río Estigia, era bonita la foto, digna de enmarcar.
Mis ojos se humedecieron suavemente, parpadee y jadeé guardando el teléfono.

Cuando me quise dar cuenta Hefesto estaba roncando en una esquina, Heracles miraba el fuego, se había vuelto a quitar el relicario y lo estaba mirando, me apoye en una piedra y suspire, cerré los ojos mirando el cielo, las constelaciones parecían volver a brillar. Apareció ella; Apareció Andrómeda.

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''No sabía dónde estaba, todos parecían ignorarme, ella estaba de pie, vestida con un camisón ancho parecía ser: a su lado estaba Icar''

-''¡Dioses del caos!, ¡Duele!''-

¿Que dolía?, ¿Que le pasaba?, ¿Porque no me veía?
''Apolo estaba a sus pies, se veía triste, y a la vez alegre; -Vamos Andy un poco mas- murmuró con calma, Icar acariciaba el pelo negro de ella, las lágrimas caían por sus ojos sangrientos.''

-''¿Donde esta Fhobos?''- cuestionó ella, mirando a su acompañante rubio. El cual le respondió con suavidad''
-''Ha ido a por todos, a salido corriendo como un desesperado.''- enmedio de su dolor ella soltó una risa, su acompañante le daba suaves besos en las manos.''

''¿Porque seguía sin verme?
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Me desperté de golpe, la luna aún no estaba, jadeé, ese sueño había sido muy vivido, demasiado como para que hubiera sido solo un sueño, parecía más bien una visión de Apolo.
Heracles me miraba, sus ojos tenían ojeras profundas. Era normal, supongo.
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¿Estás bien?- cuestionó el suavemente, dándole con un palo en el costado a Hefesto, quien roncaba de manera gorrina, un cerdo asmático hacía menos ruido que el.

Asentí sacudiendo la cabeza, le miré y hablé: -Si te dijesen que volverías a tener a Hebe al lado, ¿Que harías?- el sonrió tierno, acariciando el relicario entre sus callosos dedos.
- Quemaría hasta los Elíseos por ella... Y se que tú también lo harías por esa niña...- murmuró el, en los años que no eran pocos que conocía a Heracles el estaba tan diferente a como solía estar, siempre era altanero, incluso llegaba a brillar. Pero ¿Porque?, porque Hebe estaba a su lado, ¿Que era el hombre sin el amor?, ya fueses dios, semidios o mortal, nadie era capaz de vivir sin el amor, sin el cariño.

Y eso parecía estar pasándonos a nosotros.

Un silbido azotó mi oído, me gire y miré a mis espaldas, no había nada, cuando volví mi cabeza de nuevo estaba Hefesto delante de mi, rode los ojos con molestia y hablé:
—¿Que parte no entiendes de que no puedes asustarme?— el sonrió, su sonrisa era asquerosa, tenía los dientes de un amarillo pollito, el aliento me olía a cebolla encurtida caducada.

—¿Sabes lo que pasa cuando un dios muere?— murmuraba el, mis ojos se fijaron el. Quién me miraba de manera codiciosa;—¿Que quieres?— el se sentó a mi lado mirándome.

—¿Lo sabes?— volvió el a repetir.
—Se une al caos y no vuelve... —el asintio a lo que dije;—Caos es un primordial, el primero de todos nosotros... Surgió de la nada, mutando durante siglos y siglos, hasta que creo a Gaia...— murmuró el, ¿Este me estaba dando clase de historia?—

—El es todo y nada, todos tenemos parte de el en nosotros. — le mire:
—¿A donde quieres ir con esto, Hefesto?—el acaricio a sus huesudas manos y hablo de manera suave.
—¿Sabes cuántos han intentado ser Caos?, y ¿Cuántos han muerto en el intento?, Zeus quiere serlo... Pero su poder es... Casi nada en comparación a el poder de Hades... — frunci molesto el ceño: —¿Que quieres decir?— el me miraba con ojos brillosos.

—Quiere su poder... Es la vida y la muerte en un mismo cuerpo, es el caos personificado en mujer.— mis ojos se abrieron, mi piel se erizo. No podía ser verdad, y yo tan estupido creerle, me levanté urgido, Heracles me miró;
—Deimos... No lo hagas.— murmuraba el mirandole casi en una súplica, parecía ser el único cuerdo de allí.

Tenía que llevarme el rayo, tenía que irme de allí.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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