**Título: Un bebé para la CEO**

**Capítulo 1: Encuentros en la Luna**

**Capítulo 1: Encuentros en la Luna**

La luz del sol comenzaba a filtrarse a través de las ventanas del "Claro de Luna", iluminando el acogedor café que, por la mañana, servía aromático café y deliciosos pasteles. Kara Danvers, con su cabello rubio desordenado y su pijama de estrellas, se desperezaba en la cocina mientras Alex, su hermana mayor, revisaba los ingredientes para el día.

—¡Buenos días, Alex! —exclamó Kara, con una sonrisa radiante—. ¿Listas para otro día en el paraíso?

—Más como listas para sobrevivir a otro día en la jungla —respondió Alex, frunciendo el ceño mientras organizaba las tazas—. Pero sí, estoy lista. ¡Vamos a hacer que este lugar brille!

Kara se reía mientras ayudaba a su hermana. Ambas tenían un ritmo especial, una danza que habían perfeccionado con el tiempo. Después de un par de horas de trabajo, el café ya estaba listo para abrir.

La tarde avanzaba y el café se llenaba de clientes. Entre risas y charlas, la atmósfera era perfecta. Así fue como, al caer la noche, el "Claro de Luna" se transformó en un bar vibrante. Las luces tenues y la música suave creaban un ambiente perfecto para relajarse.

Justo cuando Kara estaba sirviendo una ronda de tragos, la puerta se abrió y una mujer elegante entró. Lena Luthor, con su distintivo cabello oscuro y su porte de CEO, se veía fuera de lugar en un bar, pero su mirada intensa y decidida capturó la atención de todos.

—¡Bienvenida al Claro de Luna! —dijo Kara, sonriendo mientras se acercaba—. ¿Puedo ofrecerte algo para comenzar?

—Un cóctel fuerte, por favor. Necesito relajarme —respondió Lena, con un leve susurro en su voz.

Kara preparó un trago especial y, mientras lo servía, un pequeño tropiezo hizo que se chocaran. El vaso de Lena se derramó, salpicando un poco.

—¡Oh no! Perdón, no era mi intención —dijo Kara, sonrojándose.

—No te preocupes, puede pasar —respondió Lena, sonriendo—. Tal vez eso significa que debo pedir otro trago.

Kara soltó una risa nerviosa mientras preparaba otro cóctel. La conexión entre ambas se sentía palpable, como si el aire se cargara de electricidad.

Más tarde, ya con un par de copas en su sistema, ambas se sentaron en la barra.

—¿Qué hace una CEO como tú en un lugar como este? —preguntó Kara, curiosa.

—A veces necesitas escapar de la presión. La vida empresarial puede ser... abrumadora. —Lena miró a Kara, su voz suave—. ¿Y tú? ¿Qué sueñas hacer?

—Sueños... Tal vez abrir mi propio café algún día. Uno donde la gente pueda ser feliz —respondió Kara, con una chispa en sus ojos.

Ambas compartieron risas y confidencias, como si se conocieran de toda la vida. La música sonaba más fuerte y los tragos seguían fluyendo.

—¿Te imaginas si hacemos un brindis por los sueños? —propuso Lena, levantando su vaso.

—Por los sueños y las nuevas amistades —dijo Kara, chocando su vaso con el de Lena.

El ambiente se volvió más intenso, y la conversación se tornó más personal. Sin darse cuenta, la atracción entre ellas crecía. Una chispa de deseo iluminó la noche, y antes de que pudieran pensarlo, se encontraron en un rincón apartado del bar, sus labios se unieron en un beso apasionado.

Mientras el mundo a su alrededor se desvanecía, ambas se entregaron a la magia del momento, olvidando por un instante sus responsabilidades y el futuro incierto que les esperaba.

La noche continuó, y con ella, una promesa de cambios y descubrimientos. Pero esa era solo la primera página de una historia que apenas comenzaba.