Capítulo 1

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El sol apenas empezaba a filtrarse por las ventanas del apartamento, anunciando un nuevo día. Dan y Jaekyung compartían un desayuno simple, pero agradable: tostadas, huevos y café. La rutina matutina era algo que ambos apreciaban, un momento de calma antes de enfrentarse a sus respectivas ocupaciones. Sin embargo, esa mañana, había algo diferente en el aire, una tensión que Jaekyung sentía, pero que no lograba entender del todo.

Después de desayunar, ambos se levantaron para prepararse y salir. Dan tenía una cita en el hospital para revisar la herida que había sufrido en un accidente reciente, mientras que Jaekyung se dirigía al gimnasio para entregar unos resultados médicos.

Jaekyung observaba a Dan mientras este ajustaba su abrigo, preparándose para salir. Jaekyung, de pie frente a él, tomó la bufanda que Dan había dejado sobre la mesa y se la colocó cuidadosamente alrededor del cuello. Sus manos temblaban ligeramente al ajustar el tejido suave, asegurándose de que Dan estuviera bien abrigado. Al hacerlo, sus ojos se encontraron, y Jaekyung sintió un nudo en el pecho.

Esos ojos... Esos ojos que, hacía un mes, había rechazado por miedo a mezclar su carrera con sentimientos personales. Decisión que, en ese momento, le pareció lógica y necesaria para no distraerse de su camino profesional. Pero ahora, cada vez que veía a Dan, una sensación de arrepentimiento se instalaba en su pecho. Era como si su resolución se tambaleara cuando estaba cerca de él, deseando por un instante eterno poder seguir mirando esos ojos sin interrupciones.

Mientras ajustaba la bufanda, Jaekyung no pudo evitar limpiar el hombro de Dan, un gesto que se prolongó un poco más de lo necesario. Sentía que el tiempo se ralentizaba en esos momentos.

-Cuídate, ¿vale?- dijo Jaekyung con una voz suave, casi susurrante -Yo paso a recogerte después. Solo voy al gimnasio a llevar los resultados.

Dan le sonrió, como siempre hacía, con esa calidez que a Jaekyung le hacía sentir seguro y al mismo tiempo, vulnerable-Gracias. Nos vemos luego- y le acaricio la base de su cabeza como si se tratase de un cachorro.

Con un último vistazo, Jaekyung asintió y se separó, dirigiéndose hacia la puerta. No podía quitarse la sensación de que estaba dejando algo importante atrás, aunque sabía que era solo temporal. Al cerrar la puerta detrás de sí, se obligó a sacudir esos pensamientos, concentrándose en su día. Pero el nudo en su pecho no desaparecía, recordándole que no todo era tan sencillo como pretendía.

Ataque Zombie - El miedo de perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora