Un lazo inquebrantable [Omegaverse] [Ballister X Ambrosius]

Extra #3

Dedicado a: TacoAnimation

Bianca despertó en cuanto los rayos de sol chocaron contra su rostro, se movió levemente y luego de estar consciente del lugar donde estaba, no pudo evitar sonreír.

Orion la rodeaba con sus brazos de una manera protectora, amaba sentir su calor y su respiración chocando contra su nuca Bianca giro de manera suave para estar frente a frente con Orion y así admirar toda su belleza, notando los detalles que solían pasar desapercibidos en la rutina diaria: la forma en que su cabello caía sobre su frente, la línea de su mandíbula, la suavidad de su respiración. Esos detalles se habían convertido en las pequeñas cosas que ella valoraba profundamente.

Sus pensamientos rápidamente cambiaron de rumbo a cómo se había formado su relación y se habían entrelazado mutuamente. Era cuanto menos curioso, tomando en cuenta la desconfianza inicial y las bromas tanto pesadas como hirientes.

Bianca no quería aceptar en ese momento que el kappa era sumamente atractivo a su gusto, así que se le hizo sencillo burlarse de él, pero durante el proceso de reconstrucción del reino, algo más se construía entre ellos. 

Mientras trabajaban juntos en la reconstrucción, compartían risas y comentarios que aligeraban el peso de sus responsabilidades. En los momentos en que las tensiones aumentaban, la capacidad de Orion para hacerle una broma o aliviar la tensión con un comentario ligero había sido invaluable. Bianca había aprendido a apreciar esas bromas, a encontrar consuelo en su presencia, y a compartir con él sus momentos de vulnerabilidad.

A la vez, Orion había visto en Bianca una fuerza y una dedicación que lo habían impresionado. Ella no solo había empezado a formar un carácter de líder, sino también alguien capaz de mostrar ternura y afecto. Sus pequeños gestos de cuidado y cariño, como una sonrisa cálida o un toque reconfortante, habían hecho que se sintiera valorado y querido.

La omega suspiró ilusionada al recordar aquello y se levantó con sumo cuidado para no despertar a Orion; sin embargo, decidió acercarse y depositar un suave beso en la mejilla mientras agradecía por estar a su lado.

Ese día tenían muchas cosas por hacer, con eso se refería a ir donde Ballister y Ambrosius y ayudarlos en la construcción de su nuevo hogar, o al menos uno de sus nuevos hogares temporales.

Meredith una alfa decidida y la única familia de la infancia que le quedaba, había marchado en busca de una cura para su enfermedad y todos deseaban que la encontrara, por lo mientras su labor era evitar que Ballister cayera en depresión por eso.

La omega bajó las escaleras del hogar que ahora tenía con Orion y fue directo a la cocina para ver que podían desayunar esa mañana, sonrió al encontrar los ingredientes necesarios y preparó unos deliciosos Omelettes.

En cuanto su labor en la cocina terminó, subió nuevamente para dirigirse a la habitación a un costado de la suya para encontrar a un pequeño valiente durmiendo de manera tan cómoda que a Bianca le dio envidia.

La omega se acercó a la cama y observó a Andrew. El pequeño Kappa había decidido quedarse con ellos, o más bien con Orion. Era la persona más cercana a él y ahora, como pareja del kappa ambos tenían la responsabilidad de cuidar a aquel diablillo.

Bianca no se quejó, muy en el fondo la ilusión de tener hijos estaba presente, su Instinto maternal estaba activo y desde el momento que Andrew se mudó con ellos ella decidió que ese sería su pequeño y lo protegería de cualquiera que quisiera dañarlo aunque el pequeño sabía defenderse muy bien por su cuenta y la cicatriz en su rostro era la prueba, lucho con mucha valentía al enfrentar a su propia casta por proteger a varios aldeanos indefensos, ganando el título de héroe y la atención de las chicas, obviamente Bianca se encargaba de mantenerlas a raya, su pequeño aún no estaba en edad.